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Las fábricas de software serán ecosistemas colaborativos entre IA y humanos
Las fábricas de software de hoy son digitales, inteligentes y distribuidas. Usan IA, operan en la nube y trabajan con talento que ya no necesita estar en un mismo lugar físico, afirma Novacomp.
Estamos en medio de una transformación profunda. Las fábricas de software de hoy son digitales, inteligentes y distribuidas. Usan IA, operan en la nube y trabajan con talento que ya no necesita estar en un mismo lugar físico.
Así como en una fábrica automotriz existen líneas de producción para carrocería, motores y ensamblado, en una fábrica de software también hay procesos organizados en “líneas”, donde participan distintos roles y etapas como el análisis de requerimientos, el diseño, la codificación, las pruebas y el despliegue.
De acuerdo con Grand View Research, el tamaño del mercado global de desarrollo de software personalizado se estimó en USD 43,16 mil millones en 2024 y se proyecta que alcance los USD 146,18 mil millones para 2030, creciendo a una CAGR del 22,6 % entre 2025 y 2030.

El siguiente paso
Ya que lo humano sigue siendo indispensable en lo que se refiere a la creatividad, la colaboración y la visión, la fábrica del futuro no debe ser solo una línea de producción, sino un ecosistema inteligente donde humanos e IA trabajen juntos. Con eso, sería posible obtener los siguientes beneficios:
- Productividad aumentada: La automatización inteligente de tareas rutinarias libera tiempo y creatividad, permitiendo que las personas se concentren en actividades de mayor valor.
- Mejora de la calidad: La IA puede detectar errores, vulnerabilidades y anomalías con mayor rapidez y precisión, contribuyendo a la entrega de productos más robustos y confiables.
- Innovación acelerada: El análisis de grandes volúmenes de datos puede inspirar nuevas funcionalidades y modelos de negocio.
- Personalización: Los sistemas inteligentes pueden adaptar productos y servicios a las necesidades específicas de cada persona.
Habría que recalcar que, en una época no tan lejana, las líneas de producción de software dependían mucho de mano de obra barata y metodologías estructuradas, y países como India, México y otros de América Latina crecieron como hubs de servicios precisamente por eso.
Pero ya no se trata de tener cientos de programadores en el mismo piso de un edificio, sino de tener células pequeñas que usan IA para generar código, hacer pruebas automatizadas y entregar productos más rápido y con mayor calidad, de manera presencial y a distancia.
En este aspecto, también es importante subrayar el impacto real de la IA en la productividad, ya que se ha tornado significativo. Al tener un equipo de desarrolladores capacitado en el uso de IA, es posible acelerar entre 30 % y 40 % el desarrollo de aplicaciones. Lo que antes tomaba tres meses, ahora puede hacerse en dos semanas sin perder calidad.
Lo presencial aún está vigente
De acuerdo con datos de Randstad Research, los desarrolladores de software, analistas de sistemas y programadores de aplicaciones serán algunas de las profesiones más demandadas a nivel global en los próximos años. Por ello, desde el año 2023 y hacia el 2027, se están creando 20 % más empleos para programadores de aplicaciones, 25 % más para desarrolladores de software y 40 % en lo que se refiere a especialistas de IA y aprendizaje automatizado.
Es importante recalcar que, en las primeras etapas de un proyecto, cuando se define qué se quiere hacer, lo mejor son las reuniones presenciales, ya que la creatividad fluye mejor cara a cara. La IA puede ayudar, pero no sustituye la dinámica colaborativa que se da en persona. La presencia física entre las personas es necesaria por razones de relacionamiento y fidelización, ya que es más sencillo resolver problemáticas o descubrir oportunidades cuando las personas están frente a frente.
La próxima generación de fábricas de software será aún más compleja y dinámica. Se perfilarán como ecosistemas auto evolutivos, capaces de adaptarse a los cambios del mercado, anticipar necesidades y reinventar sus procesos gracias a la sinergia entre inteligencia humana y artificial.
Convertir estos entornos en ecosistemas colaborativos, éticos y resilientes es la clave para aprovechar todo el potencial de la ingeniería digital y construir soluciones que generen valor genuino a las organizaciones.
Peter Kroll es country manager de la empresa de servicios y desarrollo de tecnologías de la información Novacomp en México. Cuenta con más de 30 años de experiencia en consultoría y transformación de negocios, enfocado en industrias como la automotriz, aeronáutica y farmacéutica, así como en el sector financiero y el desarrollo de software, aplicaciones, inteligencia artificial e innovación. Es ingeniero en Sistemas y Computación por la Universidad de Hamburgo en Alemania y cuenta con Executive Training Programs (MBA) de las escuelas de negocios de Kellogg en la Northwestern University (Chicago), e INSEAD (Fontainebleau).