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La observabilidad es clave para entornos multinube y físicos

El mundo es híbrido, pero tener varias infraestructuras plantea desafíos de monitoreo, visibilidad, control de costos, seguridad, cumplimiento y resiliencia, dice Novacomp.

En entornos multinube, uno de los puntos críticos con los que batallan las empresas es que los proveedores de nube usualmente proporcionan herramientas excelentes para su propio servicio, pero no para todo el ecosistema mixto de las organizaciones. Sin embargo, las empresas utilizan la nube junto con infraestructuras propias (on-premise), por lo que la necesidad de evolucionar se vuelve imperiosa, y con ella la implementación de una observabilidad total (full stack observability, por su concepto en inglés).

En el pasado, las organizaciones dependían de herramientas de monitoreo aisladas, enfocadas en detectar caídas o alertar cuando un servicio superaba ciertos umbrales de carga. Ese enfoque, aunque funcional, resulta insuficiente frente a arquitecturas dinámicas basadas en microservicios, contenedores y múltiples nubes. 

La observabilidad total adopta un enfoque proactivo y predictivo. Se basa en tres pilares: métricas, logs y trazas, integrados mediante analítica avanzada y capacidades de inteligencia artificial (AIOps). El objetivo ya no es solo detectar incidentes, sino entender por qué suceden, cómo prevenirlos y cómo optimizar el rendimiento antes de que el usuario lo perciba. 

El desafío del entorno híbrido 

Peter Kroll

El problema de fondo es la falta de visibilidad en infraestructuras cada vez más dispersas. Gartner predice que el 90 % de las organizaciones adoptarán un enfoque de nube híbrida hacia 2027, lo que significa que los datos, las cargas de trabajo y los sistemas críticos estarán distribuidos en distintas plataformas y, en muchos casos, bajo diferentes modelos de gobernanza.

Esto complica la detección de fallos, encarece la operación y dificulta la respuesta ante incidentes. Los equipos de TI terminan reaccionando ante síntomas sin entender las causas, y los costos se disparan por falta de información integrada. 

La observabilidad total implica que una solución permita visibilidad completa, despliegues híbridos, capacidades de auto-descubrimientoby habilidad de detectar anomalías anticipadamente, de acuerdo con lo que apunta la consultora Gartner.  

El nuevo mapa de la observabilidad 

La observabilidad también se ha convertido en una herramienta de gestión financiera del entorno tecnológico. De acuerdo con diversas fuentes, las empresas que integran observabilidad en sus procesos de gestión de TI logran reducir en promedio 30 % los costos ocultos de operación, y hasta 40 % los tiempos de resolución de incidentes. Esa relación directa entre visibilidad y eficiencia explica por qué los CIO la están colocando en el centro de sus estrategias para 2025 y más allá.

La observabilidad se ha convertido en una pieza fundamental para garantizar la continuidad de negocio y la experiencia digital del cliente. Sin visibilidad total, las empresas quedan expuestas a fallas que pueden afectar operaciones críticas y generar pérdidas económicas y reputacionales. 

Resultados y riesgos 

Una vez que se está consciente del requisito evolutivo antes mencionado, podemos esperar que los beneficios incluyan resiliencia y continuidad. Al minimizar los efectos de fallas, ataques o interrupciones, se podrá:

  • Optimizar los costos, ya que se evitan facturas sorpresa en la nube;
  • Mejorar el uso de recursos y eliminar redundancias, además de entender dónde es mejor ejecutar ciertas cargas de trabajo;
  • Lograr una mayor seguridad por el cumplimiento y gobernanza en aspectos regulatorios, ya que estos exigen trazabilidad, auditorías y control de datos. 

Ahora bien, no todo es miel sobre hojuelas. Existen retos importantes, como la consolidación de métricas, logs, la interoperabilidad, compatibilidad y latencia, así como una posible sobrecarga de datos y la operación de licencias. 

Para los tomadores de decisiones, adoptar una estrategia de observabilidad total no es un lujo: es una pieza fundamental para asegurar la continuidad operativa y la capacidad de innovación. Hacerlo bien supone realizar inversiones técnica, organizacional y cultural, pero el retorno en términos de resiliencia, agilidad y ventaja competitiva es considerable.

Peter Kroll es country manager de Novacomp en México. Cuenta con más de 30 años de experiencia en consultoría y transformación de negocios, enfocado en industrias como la automotriz, aeronáutica y farmacéutica, así como en el sector financiero y el desarrollo de software e inteligencia artificial. Es Ingeniero en Sistemas y Computación por la Universidad de Hamburgo en Alemania y cuenta con Executive Training Programs (MBA) de las escuelas de negocios de Kellogg, en Northwestern University (Chicago), e INSEAD (Fontainebleau).

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