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La IA avanza en las empresas chilenas, pero no al mismo nivel en todas
Telecomunicaciones y tecnología lideran la adopción de IA, seguidos por la banca y los servicios financieros. Sectores como educación, industria, salud y gobierno presentan desafíos particulares por falta de recursos, gobernanza o cultura digital.
Recientemente, fueron dados a conocer en Chile los resultados de un estudio denominado “Adopción de IA en las empresas chilenas”, realizado por Entel Digital junto con diversas instituciones académicas y asociaciones empresariales. Más de 526 dueños, directores y gerentes de empresas de todo el país respondieron una encuesta que permitió identificar tres niveles de adopción de la IA, según su uso en los procesos de negocio.
Una de sus principales conclusiones es que el 80 % de las grandes empresas utilizan IA, mientras que el 70 % de las pymes la ha incorporado. La Región Metropolitana de Chile lidera su uso, con más del 80 % de adopción, frente al 60 % en el resto del país.
Otro hallazgo es que el 93 % de las organizaciones considera que la inteligencia artificial tendrá un impacto positivo. Sin embargo, pese al optimismo, su implementación muestra importantes diferencias según el tamaño, la ubicación y el sector económico al que pertenece la empresa:
- Sobre la brecha de tamaño, las grandes empresas lideran en capacitación sobre IA, gobernanza de datos y ciberseguridad. Las pymes, en cambio, enfrentan mayores barreras técnicas y organizacionales, aunque muestran interés y voluntad de avanzar.
- Respecto a la ubicación, existe desigualdad regional, ya que se nota una adopción centralizada en la Región Metropolitana, como se indicó, con más del 80%, mientras que en otras regiones esta cifra baja al 60%.
- En las diferencias sectoriales, Telecomunicaciones y tecnología lideran en adopción, seguidos por la banca y los servicios financieros. Sectores como educación, industria, salud y gobierno presentan desafíos particulares por falta de recursos, gobernanza o cultura digital.
Analizando los resultados del estudio, Cristián López, CEO de Unitti, destaca que, respecto del tamaño de empresa, el uso declarado es alto en ambos segmentos, pero en las grandes hay mejor captura de valor porque combinan IA con gobierno de datos, ciberseguridad y talento especializado. En las pymes, en cambio, el uso se concentra en herramientas genéricas (copilots/chatbots) sin rediseño de procesos, por lo que el ROI real es irregular.
En cuanto a su ubicación (Región Metropolitana versus regiones), la brecha es principalmente de entrada. “En regiones se adopta menos, pero cuando se adopta, la sofisticación es similar a la RM. Ergo, el cuello de botella está en acceso, asesoría y masa crítica local (proveedores, talento y pares)”, dice López. Respecto del rubro, telecomunicaciones, tecnología y banca lideran, “porque ya poseen datos estructurados, exigencias regulatorias y casos de negocio claros. Educación, salud, industria y gobierno cargan con restricciones presupuestarias, deuda de datos y cultura más conservadora, lo que ralentiza pilotos y escalamiento”.
Por su parte, Carlos Villarroel, líder de tecnologías disruptivas de SONDA, sostiene que la brecha observada entre grandes y medianas empresas, así como entre distintas ubicaciones y rubros, refleja algo más que diferencias tecnológicas, ya que obedece a disparidades en recursos, madurez digital y gobernanza.

“Sin embargo, es fundamental distinguir entre el despliegue institucional de IA y el grado real de adopción entre los colaboradores. Las empresas pueden implementar plataformas internas, chatbots o sistemas analíticos avanzados, es decir, concretar el despliegue sin que necesariamente el personal las integre a su forma de trabajar. Sin una adopción activa, estas herramientas se convierten en infraestructura subutilizada y con bajo retorno sobre la inversión”, advierte.
En esta línea, un informe de Whatfix, afirma que el 78 % de los colaboradores carece del conocimiento o la experiencia técnica suficiente sobre las herramientas digitales que utilizan a diario, lo que evidencia una brecha importante en la adopción efectiva. De manera complementaria, un estudio de Bloomberg revela que sólo un tercio (37 %) de las empresas considera que sus empleados realmente adoptan el software interno, a pesar de las inversiones realizadas.
“Si nos basamos en el estudio de la ‘Difusión de la Innovación’ de Everett Rogers (2003), la mayoría de las organizaciones del primer mundo se encuentran entrando en la etapa de adopción conocida como la ‘Mayoría Tardía’ (superior al 34 % de usuarios); mientras que en Latinoamérica nos encontramos, en el mejor de los casos, en la ‘Mayoría Temprana’ (por debajo del 34 %). Esto demuestra que, aun cuando las grandes empresas cuenten con sistemas de IA complejos o con una cultura digital más avanzada, eso no asegura que los colaboradores los utilicen de forma consistente e incluyan la IA en su flujo de trabajo regular”, resalta Villarroel.

Con él coincide Danilo Naranjo, presidente ejecutivo de Wingsoft, quien señala que la brecha que vemos hoy en la adopción de inteligencia artificial en Chile responde más a factores estructurales y culturales que a la simple disponibilidad de la tecnología. “Las grandes empresas han tomado la delantera porque cuentan con recursos para invertir, equipos especializados y estructuras sólidas de gobernanza de datos, lo que les permite integrar la IA de forma estratégica y segura. En cambio, las pymes, aunque tienen la voluntad de avanzar, se topan con barreras técnicas, organizacionales y presupuestarias que frenan su despegue”, explica.
¿Qué hacer para que más empresas accedan a la IA y sus herramientas?
La investigación complementa el panorama sobre la transformación digital de las empresas que Entel Digital comenzó a levantar hace un par de años mediante dos estudios anteriores –“Digitalización de las empresas en Chile” (2023) y “Digitalización del Trabajo en Chile” (2024) –, cuyo objetivo es contar con una visión clara y consistente sobre la digitalización de las empresas nacionales y entregar una radiografía de los avances, barreras y urgencias en la digitalización del país.
En su difusión participaron también la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI), la Asociación de Emprendedores de Chile (ASECH), la Cámara Nacional de Comercio (CNC), el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA), el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, el Centro para la Industria 4.0 de la Universidad de Concepción (C4i), la Fundación KODEA, el Instituto Regional de Administración de Empresas (IRADE), OTIC SOFOFA - Capital Humano y SAWU.
En 2023, el estudio “Digitalización de las Empresas en Chile” evidenció una brecha de 30 puntos entre la digitalización de las grandes empresas (93 %) y las pymes (63 %). Si bien las pymes valoraban más el potencial de crecimiento que les podía aportar la digitalización, sus limitaciones estructurales (recursos, cultura digital, formación) eran sus principales trabas para comenzar el proceso de digitalización de su negocio. Además, mientras 77 % de las grandes empresas había automatizado al menos un proceso, sólo 46 % de las pymes lo había hecho.
En 2024, el estudio “Digitalización del Trabajo en Chile” reveló que 70 % de los trabajadores se percibe en un nivel intermedio de habilidades digitales, mientras considera que sus empresas están en un estado avanzado. A pesar de eso, el 93 % cree que adquirir competencias digitales será esencial para seguir trabajando durante la próxima década. También se destacó una brecha generacional: 73 % de los jóvenes (18-34 años) se sienten competentes o avanzados, mientras solo 48 % de los adultos (35-65 años) declara lo mismo.
Todos los estudios realizados por Entel Digital coinciden en que existen al menos tres desafíos transversales: mayor capacitación; más asesoría en transformación digital y apoyo para las pymes; y difusión del conocimiento y ampliación de las iniciativas relacionadas con digitalización empresarial hacia las regiones.
Respecto a la necesidad de mayor capacitación, sólo 31 % de las pymes en 2023, y 39 % en 2024, declaraban contar con planes de formación digital de manera permanente. En 2025, 40 % de las empresas ve la capacitación como el principal obstáculo para adoptar IA. Además, los datos muestran que las grandes empresas avanzan en protección de datos y políticas de uso de IA, mientras que las pymes están más expuestas a riesgos por falta planificación en estas materias y estructuras formales.
Respecto de la desigualdad territorial, si bien las regiones fuera de la Metropolitana presentan un menor grado de adopción tecnológica, una vez incorporada la tecnología, la usan con similar sofisticación.

Analizando estos resultados, Luz María García, gerente general de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI), sostiene que cerrar estas brechas requiere de una estrategia a nivel país que posicione a la IA como un habilitador transversal del desarrollo productivo, combinando políticas de fomento y capacitación con un marco regulatorio claro.
“Esto significa avanzar en la formación en habilidades digitales, ofrecer incentivos para la inversión tecnológica y acompañamiento técnico a las pymes, al tiempo que se fortalecen y aplican las leyes ya vigentes en materia de datos personales y ciberseguridad. Es fundamental evitar sobrerregulación que pueda frenar la adopción, especialmente en empresas con menos recursos, y asegurar que las reglas sean claras, proporcionadas y técnicamente sólidas”, explica.
García agrega que, al mismo tiempo, la descentralización debe ser un eje prioritario: “Crear y potenciar hubs tecnológicos en regiones, mejorar la conectividad de alta capacidad y promover redes de colaboración público-privadas permitirá que la IA llegue a todo el territorio con condiciones de seguridad, ética y gobernanza adecuadas. Si garantizamos que las empresas –sin importar tamaño, rubro o ubicación– cuenten con formación, infraestructura y un entorno regulatorio que habilite la innovación, podremos transformar la IA en una herramienta de crecimiento inclusivo y sostenible para el país”, destaca.
Lo que es innegable, es la necesidad de un plan coordinado y ambicioso, dice Danilo Naranjo, de Wingsoft, que combine financiamiento, formación y acompañamiento técnico. Para el ejecutivo, es clave habilitar subsidios, créditos blandos y fondos concursables para que las pymes puedan costear infraestructura y proyectos piloto de IA, con especial foco en regiones y sectores rezagados.
“La capacitación debe ser accesible y continua, con programas modulares que se desarrollen en alianza con universidades, centros técnicos y gremios, e incluir la creación de centros regionales de competencias digitales. También es urgente establecer oficinas de asesoría en transformación digital que entreguen guías claras de gobernanza, protocolos de uso y servicios compartidos de ciberseguridad adaptados a empresas más pequeñas”, concluye Naranjo.
¿Cómo acceder a la IA? Algunas medidas y acciones
Carlos Villarroel, líder de tecnologías disruptivas de SONDA, propone un enfoque basado en varias líneas de acción:
- Implementar programas de capacitación continua, adaptados a la realidad de cada organización y con apoyo de sus socios tecnológicos, para formar a los colaboradores y afrontar adecuadamente la necesaria transformación digital. Esto permitirá reducir la brecha de habilidades digitales y fomentar la adopción efectiva por parte de los equipos.
- Establecer políticas de acceso equitativo a infraestructura tecnológica, incluyendo incentivos, subsidios y alianzas público-privadas que permitan a pymes y organizaciones en regiones costear soluciones de IA.
- Definir marcos de gobernanza claros que regulen el uso responsable, la seguridad de datos y los estándares éticos que generen confianza organizacional, con foco en la nueva ley de protección de datos 21.719.
- Impulsar casos de uso específicos por sector y pilotos de bajo costo que muestren valor tangible y aceleren la transición desde la exploración inicial, hacia un uso más maduro y estratégico de la IA.
- La inversión decidida del gobierno y el sector privado para capacitar a las siguientes generaciones en el uso correcto y ético de la IA, integrando esta formación en los planes educativos desde etapas tempranas.
- Es fundamental destinar recursos significativos al reskilling de profesionales con alto conocimiento y experiencia, pero cuyas profesiones podrían verse vulneradas por la eficiencia de la IA.
Con estas acciones, dice Villarroel, “se fomentará una sociedad equilibrada, capaz de adoptar la IA sin miedos, y se promoverá una economía más sana y próspera, en la que la tecnología sea un motor de inclusión y desarrollo sostenible”.