ShinoStock - stock.adobe.com

Tres caminos ante el fin del soporte a Windows 10

Kingston Technology presenta las opciones que las organizaciones y los usuarios pueden tomar frente a esta transición, con los beneficios, riesgos y exigencias que enfrenta cada una.

La cuenta regresiva comenzó: el 14 de octubre de 2025 finalizará el soporte para Windows 10 de Microsoft. Ante esta situación, las organizaciones enfrentan una decisión crítica respecto de su eficiencia, seguridad y estrategia general de TI, así como respecto a su hardware, ya que la migración a Windows 11 implica nuevas exigencias en cuanto a espacio de almacenamiento y memoria.

Kingston Technology Company presenta tres opciones que las organizaciones y los usuarios pueden tomar frente a esta transición, con los beneficios, riesgos y exigencias que enfrenta cada una.

Opción 1: Seguir usando Windows 10 y pagar por soporte extendido

Para las organizaciones que no están listas para hacer la transición a Windows 11 o para invertir en hardware nuevo, mantener Windows 10 y pagar por soporte extendido es la primera opción. Microsoft ofrece actualizaciones de seguridad extendidas (ESU, por sus siglas en inglés) por una tarifa, las cuales proporcionan actualizaciones de seguridad críticas después de la fecha de fin del soporte.

Sin embargo, esta es una solución temporal, pues el soporte extendido usualmente está disponible por un periodo limitado, por lo que las organizaciones eventualmente deberán hacer la transición a un sistema operativo admitido.

Opción 2: Comprar PC nuevas

Invertir en computadoras nuevas con Windows 11 preinstalado parece ser una solución directa. El hardware nuevo garantiza la compatibilidad con el software y las funciones de seguridad más recientes, lo que ofrece una transición sin problemas. Sin embargo, esta opción puede ser costosa, por lo que quizá no sea factible para todas las organizaciones, especialmente si enfrentan restricciones de presupuesto.

Aun así, para adquirir una computadora nueva, la pregunta clave es si se debe comprar una PC con o sin IA. Ambas alternativas tienen pros y contras:

  • Si busca una computadora con IA, la inversión inicial, la compatibilidad del hardware y escoger el procesador más adecuado son algunas de las barreras más importantes.
  • Si va a comprar una computadora sin IA, el mayor inconveniente es el riesgo de obsolescencia, pues se estima una duración de entre tres o cinco años antes de la masificación de la IA. En el caso de actualizar sus PC sin IA, también es importante considerar que cumpla con los requisitos mínimos que el nuevo sistema operativo exige.

Opción 3: Actualizar lo existente

Mejorar las computadoras existentes a Windows 11 es una alternativa rentable, siempre que cumpla con los requerimientos mínimos. Este enfoque extiende la vida útil del hardware actual y proporciona acceso a funciones mejoradas de seguridad y productividad.

A la luz del panorama actual, en el que la madurez de las aplicaciones y la compatibilidad para las nuevas PC con IA siguen evolucionando, mejorar los dispositivos existentes con memoria adicional y almacenamiento SSD puede ser una jugada estratégica. Es esencial, sin embargo, garantizar que los dispositivos cumplan los requisitos mínimos del sistema para Windows 11 y, en este contexto, considerar un aumento de la memoria.

Kingston considera que una actualización de memoria de más de 16GB para tareas diarias, o 32GB para entornos que contemplen la integración de capacidades IA, puede traducirse en un incremento significativo del rendimiento y prolongar la vida útil del equipo. Esto permite que las organizaciones posterguen una actualización completa de hardware hasta que el mercado madure lo suficiente, reduciendo la necesidad de reemplazos inmediatos.

Opción 4: No hacer nada

En realidad, esta no es una opción para las empresas. Elegir no hacer nada y seguir usando Windows 10 después de que termine el servicio de soporte es arriesgado. Sin actualizaciones de seguridad y soporte técnico, los sistemas se vuelven vulnerables a ciberamenazas y problemas de cumplimiento. Por eso, esto no es recomendable para organizaciones que priorizan la seguridad y la estabilidad operativa.

La estrategia más allá de Windows 10

A medida que Windows 10 llega al final del servicio de soporte, las organizaciones deben considerar atentamente sus siguientes pasos. Aunque comprar computadoras nuevas con Windows 11 es una opción viable, actualizar el hardware existente para que soporte el nuevo sistema operativo, y mejorarlo con memoria y SSD ofrece un enfoque equilibrado.

Para esta migración, Kingston Technology recomienda idealmente memoria RAM desde 32GB, y SSD que proporcione suficiente espacio –recordemos que solo alojar el sistema operativo requiere 64GB– y velocidad para ejecutar el procesamiento de múltiples archivos. “Esta estrategia proporciona mejoras de rendimiento y seguridad sin la necesidad inmediata de una actualización completa de hardware, permitiendo que las organizaciones hagan esta transición con eficacia”, concluyeron desde Kingston.

Investigue más sobre Dispositivos endpoint