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Cómo planificar un proyecto de actualización a Windows 11

El proceso de actualización a Windows 11 –o a cualquier nuevo sistema operativo de escritorio– es una tarea enorme. Los profesionales de TI deben planificar cada fase cuidadosamente y probar el sistema a fondo.

Con el fin de vida útil de Windows 10 acercándose, las organizaciones deberían estar bien avanzados en su proceso de planificación para una actualización a Windows 11. Si bien este cronograma puede servir como una llamada de atención para las organizaciones que no tienen un plan en marcha, nunca es demasiado tarde para que una organización reevalúe su estrategia de actualización de Windows 11.

Los departamentos de TI necesitarán procesos dedicados para probar las aplicaciones de línea de negocio, un plan de implementación y tiempo de inactividad, y licencias suficientes. Sin embargo, antes de que los administradores de TI tomen cualquiera de estos pasos, deberán evaluar su hardware existente para saber si es adecuado para ejecutar el sistema operativo Windows 11.

Requisitos y recomendaciones de Windows 11

Windows 11 no se ejecutará en PC más antiguas por diversas razones relacionadas con sus requisitos de hardware. Los administradores de TI deben comparar estos requisitos con su flota existente, y planificar el reemplazo de cualquier hardware que no pueda ejecutar el sistema más reciente. Estos requisitos incluyen lo siguiente:

  • Compatible con UEFI, TPM y Secure Boot. La interfaz de firmware extensible unificada (UEFI, por sus siglas en inglés) y el módulo de plataforma segura (TPM, por sus siglas en inglés) aparecieron en las PC con Windows en 2006, y el Secure Boot en 2011, por lo que estos requisitos deberían estar vigentes para los puntos finales que forman parte de un ciclo de actualización.
  • Procesador. Windows 11 requiere una CPU Intel de octava generación o posterior para ejecutarse, AMD 3xxx o posterior y Qualcomm Snapdragon 7c o posterior. Asegúrese de seguir los requisitos para la última versión LTSC de Windows 11 o la versión normal: 23H2 en el momento de esta publicación, y se espera 24H2 más adelante en 2024. Esto se traduce aproximadamente en PC construidas en la segunda mitad de 2018 o más recientemente; menos de seis años de antigüedad, en otras palabras.
  • RAM. Microsoft afirma que Windows 11 puede ejecutarse con un mínimo de 4 GB de RAM. Sin embargo, a excepción de los quioscos y otros escenarios de uso limitado, ninguna PC con Windows 11 debe estar equipada con menos de 8 GB de RAM para lograr usabilidad y un rendimiento aceptable.
  • Conexión a internet y cuenta. Excepto por ciertas soluciones, Windows 11 requiere conectividad a internet y una cuenta de Microsoft activa para la instalación y configuración inicial. Esto debería plantear dificultades mínimas para la mayoría de las organizaciones, salvo circunstancias especiales.

El mejor enfoque para obtener nuevo hardware es incorporar una actualización de Windows 11 en cualquier actualización de hardware planificada o próxima. Dicho esto, estas actualizaciones suelen realizarse en un ciclo establecido. Los compradores deben realizar cualquier compra de hardware nuevo antes de realizar una actualización –con Windows 10 preinstalado–, y asegurarse de que cumplan con los requisitos de Windows 11.

Las organizaciones preocupadas por estos costos de hardware pueden consolarse con las actualizaciones gratuitas de larga data de Microsoft, desde versiones anteriores a actuales de Windows; en este caso, de Windows 10 a Windows 11. Esto también se aplica a las licencias por volumen y otros acuerdos de compra y soporte para sistemas operativos de escritorio.

Microsoft ofrece soporte adicional más allá de la fecha de finalización de su vida útil, pero los costos adicionales brindan un fuerte incentivo financiero para que las organizaciones actualicen rápidamente. Por lo tanto, las organizaciones pueden optar por retrasar el cambio de 10 a 11 para sistemas de misión crítica, donde pueden ocurrir retrasos, hasta el 14 de octubre de 2028. Después de eso, finaliza el programa de actualización extendida de Microsoft.

Cinco pasos para planificar una actualización de Windows 11

Si bien puede parecer demasiado simplista reducir un proyecto enorme a unos pocos pasos, la preparación y planificación de una actualización de Windows 11 puede encajar perfectamente en cinco pasos.

1. Probar una actualización a Windows 11

Un laboratorio de pruebas es un aspecto fundamental en el trabajo hacia las actualizaciones de Windows 11. Los administradores a cargo de las pruebas del sistema operativo deben tomar las PC que se utilizan actualmente y ponerlas a prueba con Windows 11 en conjunto con todas las aplicaciones, herramientas y software que los usuarios necesitan para hacer su trabajo. La buena noticia es que Microsoft mantiene la compatibilidad con versiones anteriores, por lo que las aplicaciones que funcionan con Windows 10 generalmente también deberían funcionar en Windows 11.

Sin embargo, las pruebas son siempre un paso necesario para evitar interrupciones prolongadas de las aplicaciones de línea de negocio. Esto es especialmente importante para aplicaciones de clientes internas o heredadas.

2. Establecer un proceso de implementación de actualización de Windows 11

Las implementaciones de Windows 11 se realizarán mejor si los administradores de TI se acercan a ellos a través de un plan que describa varias fases para el proceso de actualización. Irónicamente, los usuarios más informados y sofisticados pueden encontrar las mayores interrupciones a medida que pasan de 10 a 11.

Sin embargo, eso no se debe a problemas de compatibilidad. Más bien, es probable que ocurra para que dichos usuarios –desarrolladores, analistas, profesionales de TI y usuarios avanzados en particular– puedan concentrarse en aprender todo sobre las capacidades del nuevo sistema. Este es un caso en el que los proyectos piloto con esos grupos ayudarán a identificar los deseos y necesidades de capacitación, particularmente a medida que Copilot y otras mejoras basadas en IA se conviertan en parte de las rutinas de la jornada laboral.

Los trabajadores de tareas y algunos trabajadores del conocimiento que se centran en tareas como la entrada de datos, el soporte técnico, las ventas, los recursos humanos y la contabilidad tendrán menos probabilidades de notar muchos cambios a medida que realicen la transición a través del proceso de actualización. Sin embargo, es una buena idea poner a prueba la implementación de Windows 11 para los usuarios avanzados y los actores clave de esos grupos. Pueden ayudar a eliminar áreas donde la información y la capacitación pueden ser útiles para que los usuarios sean más productivos.

3. Ampliar la administración de dispositivos a dispositivos con Windows 11

Un proceso de prueba de Windows 11 –y una eventual implementación a gran escala– requiere que TI o un proveedor de servicios administrados se asegure de que los dispositivos Windows 11 recién agregados sean visibles y administrables dentro de cualquier plataforma de administración que esté en uso. Podría decirse que este paso es tan importante para una implementación exitosa como lo son la compatibilidad y el rendimiento aceptable.

Afortunadamente, Windows 11 funciona bien con Microsoft y la mayoría de las herramientas de terceros para la incorporación, la admisión y la gestión del ciclo de vida. Es especialmente adecuado para su uso con Intune, Autopilot, Microsoft Configuration Manager, SmartDeploy, ManageEngine, Bamboo y muchos otros. La configuración de un entorno de prueba administrado independiente ayudará a los administradores a realizar las pruebas iniciales. Este enfoque también puede ayudar con proyectos piloto, después de los cuales los administradores deben pasar a producción para implementaciones a mayor escala para completar el proceso de implementación.

4. Licencia para una actualización de Windows 11

Microsoft generalmente ofrece licencias de Windows 11 junto con licencias de Windows 10 para PC nuevas, por lo que es fácil especificar Windows 11 como el sistema de escritorio elegido. A medida que las organizaciones realizan la transición de Windows 10 a Windows 11, sus administradores también deben probar y poner a prueba las actualizaciones para el hardware compatible que ya ejecuta Windows 10. Esto garantiza que, cuando la actualización alcance toda su fuerza, los problemas o interrupciones serán mínimos o inexistentes. Por otro lado, las secuencias de comandos inteligentes también pueden admitir una imagen limpia de Windows 11 instalada en el hardware existente, con acceso a copias de seguridad de Windows 10 basadas en imágenes o archivos que se utilizan para recuperar aplicaciones y configuraciones.

Probar y comparar ambos enfoques revelará qué funciona mejor para cada organización, ya sea para roles específicos o para marcas y modelos de PC específicos. Si los acuerdos de licencia cubren todas las PC existentes –como ya debería ser, para evitar problemas de cumplimiento y gobernanza–, entonces TI sólo necesita asegurarse de que tiene o puede adquirir rápidamente suficientes licencias para los usuarios finales. De esa manera, una organización no tiene que pagar por licencias que no están en uso y, al mismo tiempo, evita posibles infracciones de licencia.

5. Ofrecer la UX de Windows 11 adecuada después de una actualización

A lo largo del proceso de prueba, piloto y lanzamiento de producción, TI debe prestar especial atención al rendimiento de Windows 11, especialmente en comparación con Windows 10. Las pruebas comparativas realizadas en un estudio de TechSpot de 2021 observaron que Windows 10 a veces superaba a Windows 11 por un margen del 5 % para algunas aplicaciones y configuraciones.

En general, ambos sistemas operativos tienen más en común de lo que pueden distinguirlos, por lo que la mayoría de los usuarios no deberían notar diferencias apreciables entre Windows 10 y Windows 11. Dicho esto, le corresponde a TI monitorear y comparar el rendimiento a medida que pasan por las distintas fases de una implementación de Windows 11, particularmente mientras se llevan a cabo esfuerzos de prueba y piloto. TI debe investigar cualquier discrepancia que favorezca a Windows 10 y, cuando sea posible, mitigarla para evitar impresiones y percepciones negativas.

Esto también sugiere otra estrategia para mejorar la percepción y la apreciación de Windows 11, ya que aparece en un número cada vez mayor de escritorios de usuarios: la capacitación. Esto debería comenzar con comunicaciones previas y capacitación, ya sea presencial o en línea, para mostrar cómo funciona el sistema. TI debe explicar qué es diferente y brindar acceso a información más detallada a través de Microsoft Learning o proveedores de capacitación externos como LinkedIn, Pluralsight, Coursera y Udemy.

Si las aplicaciones personalizadas cambian como resultado de la actualización, la organización debe brindar capacitación para que los usuarios no queden desprevenidos o desinformados. Esto podría extender el cronograma de implementación, pero valdrá la pena en términos del efecto general sobre la productividad y la moral de los usuarios.

Ed Tittel es un veterano de TI con más de 30 años de experiencia que ha trabajado como desarrollador, consultor de redes, formador técnico y escritor.

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