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Equidad de género desde las TIC

Dentro del marco del Día Internacional de la Mujer 2019, The CIU reflexiona respecto al rol que juegan las tecnologías de la información y comunicación (TIC) sobre la equidad de género.

Dentro del marco del Día Internacional de la Mujer 2019, se abre un espacio de reflexión con respecto al rol que juegan las tecnologías de la información y comunicación (TIC) sobre la equidad de género. Estas tecnologías se constituyen, simultáneamente, como un derecho básico de todos los ciudadanos mexicanos, pero, a la vez, como una herramienta clave para avanzar en temas de equidad de género, en particular en la promoción de un creciente empoderamiento de las mujeres.

El Consejo Nacional de Población (CONAPO) reportó que hay 125,3 millones de mexicanos al cierre de 2018 y poco más de la mitad (50,9%) son mujeres. En el mercado laboral, esta distribución prácticamente no se mantiene, ya que las mujeres representan solo 36,8% de la población económicamente activa ocupada. En su segmentación relativa a la industria de telecomunicaciones, la brecha se replica, con 36,2% de mujeres en la población empleada, de acuerdo con estadísticas del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

Paridad de género en educación en las TIC

Pese a la existencia de una disparidad de género en el sector en su dimensión de empleo, en términos de formación, acceso y uso, la disponibilidad de las TIC ha fungido como ecualizador.

En lo que toca a la educación en las TIC, la participación de las mujeres en posgrados afines a las TIC registró un incremento de dos puntos porcentuales entre el ciclo escolar 2015-2016 y el de 2017-2018, al pasar de un matriculado femenino de 27% a 29%. La promoción de la inclusión de las mujeres en estas carreras es una alternativa para revertir la tendencia lineal creciente de la brecha de género en el sector de telecomunicaciones.

La inclusión de un mayor número de mujeres en la formación de carreras profesionales STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en español) y en las TIC no solo acortaría en el largo plazo la brecha de género identificada en el mercado laboral sectorial y revertiría su tendencia creciente. Adicionalmente, incrementaría el acervo de capital humano altamente especializado, convirtiendo este factor productivo en un catalizador de la innovación y dinamismo en el mediano y largo plazos.

Acceso equitativo a servicios y dispositivos TIC

En su dimensión de consumo, las tendencias de adopción de servicios y dispositivos exhiben un escenario equitativo tal que, en menos de una década, se ha democratizado el acceso a la conectividad entre hombres y mujeres. Esto es una buena noticia, pues la creciente disminución que se observa en la brecha de género en diferentes ámbitos –como educación y salud– también se identifica de manera unidimensional en los estudios sobre la adopción de TIC entre la población.

Atribuible a la multiplicidad de servicios tecnológicos, las mujeres alrededor del mundo privilegian los canales digitales, puesto que constituyen una herramienta para contactar a amigos y familiares, acceder a información relevante y generar espacios para la voz femenina.

En torno a la adopción de dispositivos de conectividad, al finalizar 2018, se identificó que 87,6% de las mujeres usuarias de telefonía móvil poseen un smartphone, nivel que supera la adopción registrada en hombres (86,8%). Asimismo, 36,1% de las mujeres cuenta con una tableta, cifra ligeramente menor a la registrada en hombres (36,7%).

La tenencia homogénea o acceso igualitario a estos dispositivos de conectividad habilita las mismas oportunidades de acceso a herramientas de información, comunicación, educación, salud y entretenimiento para mujeres y hombres.

A su vez, la paridad en el uso de equipos de conectividad ha resultado en una intensificación en el uso de internet móvil. Un 55,7% de las mujeres internautas cuentan con un acceso a banda ancha móvil. Entre los principales usos de BAM en las mujeres, destacan: chatear (90%), revisar redes sociales (80%) y el uso del internet móvil para buscar información (51%). Pero el uso de esta tecnología no concluye únicamente en cubrir necesidades de comunicación, acceso a información y entretenimiento, sino que ha comenzado a permear en el uso de herramientas de productividad y asistencia en el trabajo. Así, 19% de las mujeres usuarias de BAM actualmente utilizan el servicio para realizar actividades laborales.

Por otro lado, las condiciones de acceso a herramientas de conectividad han impulsado el uso igualitario de plataformas de comercio en línea. El 29,6% de las mujeres internautas han realizado alguna transacción monetaria en internet desde su teléfono, tableta, computadora, consola de videojuegos u otro dispositivo de conectividad, cifra menor a la registrada en hombres (44,7%).

En términos de acceso a plataformas de contenidos audiovisuales por internet (Over-The-Top u OTT, en inglés), 38,1% de las internautas se encuentran suscritas a un servicio de video, mientras que 55,2% cuentan con una suscripción en una plataforma de audio.

Estos niveles de adopción de TIC muestran un entorno de equidad de género, pues tanto mujeres como hombres tienen las mismas oportunidades para acceder a las aplicaciones y beneficios que habilita el uso de estas tecnologías. En suma, las TIC han jugado un papel significativo en la equidad de género al permitir un mayor acceso e inclusión de la mujer en el sector de telecomunicaciones, tanto en su dimensión formativa como en aquella de acceso y uso, para finalmente impactar en la laboral.

En el largo plazo, se espera que los efectos que tienen las TIC como herramienta ecualizadora se vean reflejados no solo en el sector, sino en la economía mexicana en su conjunto, al cerrar la brecha existente y registrar una proporción de mujeres cercana a la poblacional.

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