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La gestión inteligente de vulnerabilidades se convirtió en asunto de Estado en Brasil
Tras enfrentar casi 315 mil millones de actividades maliciosas en el primer semestre de 2025, Brasil lanza una nueva estrategia nacional de ciberseguridad, mientras las empresas descubren que la gestión inteligente de riesgos puede ser la mejor respuesta al caos digital.
El primer semestre de 2025 expuso una realidad incómoda para los CIO y líderes de TI en Brasil: incluso con inversiones crecientes en ciberseguridad, el país registró 314,8 mil millones de actividades maliciosas, confirmando su posición como el principal blanco de ataques en América Latina. Ante este escenario, el gobierno federal lanzó, en agosto, la nueva Estrategia Nacional de Ciberseguridad (E-Ciber), señalando que la protección digital ha dejado de ser una preocupación exclusivamente corporativa para convertirse en un asunto de soberanía nacional.
Simultáneamente, las organizaciones brasileñas están descubriendo que el modelo tradicional de "parchar todo" no solo consume recursos de manera desproporcionada, sino que también crea una falsa sensación de seguridad. Alexandre Bonatti, VP de Fortinet Brasil, advirtió a Teletime: "La atención no debe centrarse solo en evitar el ataque, sino en cómo responder y contener rápidamente sus efectos".
Este cambio de mentalidad impulsa la adopción de la gestión de vulnerabilidades basada en riesgos (RBVM, por sus siglas en inglés), un enfoque que prioriza las correcciones con base en el impacto real para el negocio.
Cuando los números se convierten en un llamado a la acción
Los datos publicados por Fortinet revelan la preocupante dimensión de la exposición de Brasil: de los 314,8 mil millones de actividades maliciosas detectadas, la mayor concentración ocurrió precisamente en los meses previos al lanzamiento de la E-Ciber. Esta coincidencia sugiere que la nueva estrategia nacional responde directamente a la escalada de ataques, marcando un punto de inflexión en el enfoque gubernamental sobre la ciberseguridad.
La nueva Estrategia Nacional de Ciberseguridad estructura la respuesta brasileña en cuatro ejes fundamentales:
- protección de los ciudadanos,
- resiliencia de los servicios esenciales,
- integración público-privada y
- soberanía tecnológica.
El documento oficial enfatiza que "la estrategia busca asegurar la confidencialidad, integridad, autenticidad y disponibilidad de los datos, sistemas y redes", principios que se alinean directamente con los fundamentos de RBVM en el entorno corporativo. Esta sinergia entre las políticas públicas y las necesidades empresariales crea un ambiente propicio para la adopción acelerada de metodologías de gestión de riesgos más sofisticadas.
RBVM en la práctica: transformando la teoría en resultados medibles
Un estudio de Tenable sobre la gestión de vulnerabilidades en 2025 revela un cambio fundamental en la división de responsabilidades, pues las organizaciones más grandes pueden tener especialistas en ciberseguridad, mientras que en las empresas más pequeñas es el equipo de TI el que resuelve las vulnerabilidades. Esta diferencia estructural impacta directamente en la implementación de RBVM, exigiendo enfoques adaptados al tamaño y la madurez de cada organización.
La investigación indica que los profesionales visualizan "un ligero cambio en las responsabilidades, con TI asumiendo un rol menos directivo y más consultivo en la identificación de vulnerabilidades". Esta evolución organizacional refleja una maduración en la gestión de riesgos cibernéticos, donde las decisiones sobre la priorización migran de criterios puramente técnicos a evaluaciones de impacto en el negocio.
La implementación exitosa de RBVM requiere no solo de herramientas adecuadas, sino también un rediseño de procesos y una definición clara de roles y responsabilidades entre los equipos de TI, seguridad y negocios.
En el sector financiero brasileño, donde la Ley General de Protección de Datos (LGPD) establece multas administrativas que pueden alcanzar el 2 % de la facturación de la empresa (con un límite de 50 millones de reales por infracción), la presión regulatoria transforma el cumplimiento de una responsabilidad legal a un imperativo de supervivencia empresarial, especialmente porque las instituciones procesan grandes volúmenes de datos personales.
Tradicionalmente conservador, el sector está reconociendo que una gestión eficaz de vulnerabilidades se traduce en una ventaja competitiva sostenible. Las instituciones financieras que demuestran adecuación técnica a través de controles medibles, incluyendo una gestión estructurada de vulnerabilidades, tienden a enfrentar un menor escrutinio regulatorio y sanciones reducidas en caso de incidentes. La capacidad de documentar procesos de priorización basados en riesgos, el tiempo de respuesta ante vulnerabilidades críticas y la efectividad de las correcciones implementadas se convierte en un diferenciador competitivo en un entorno cada vez más regulado.
Los riesgos de mis socios se vuelven mis riesgos
Una tendencia preocupante al gestionar las vulnerabilidades es incluir en el alcance a los proveedores de servicios tercerizados, según comentó el gerente de Seguridad de la Información de Bernhoeft en un post.
Esto adquiere una relevancia crítica si se considera que muchas organizaciones aplican controles rigurosos a nivel interno, pero descuidan la gestión de vulnerabilidades en su cadena de proveedores de TI. La complejidad aumenta exponencialmente si los proveedores externos frecuentemente tienen sus propios subcontratistas, creando cadenas de dependencia que amplifican las vulnerabilidades de forma no lineal.
Así, cada tercero representa una nueva superficie de ataque, a menudo con controles de seguridad inferiores a los de la empresa contratante. Las organizaciones que adoptan RBVM incluyen las vulnerabilidades de terceros en sus matrices de riesgo, priorizando las correcciones según el nivel de acceso y la criticidad de los sistemas que estos proveedores pueden afectar.
El desafío adicional reside en la necesidad de armonizar diferentes niveles de madurez en seguridad entre las organizaciones que componen el ecosistema digital de una empresa.
La automatización como catalizador de la transformación digital
La gestión de vulnerabilidades, en 2025, se caracteriza por el tiempo real, con herramientas avanzadas de priorización de riesgos y corrección automatizada. La automatización reduce los procesos manuales y aumenta la protección organizacional, liberando a los especialistas para que se enfoquen en análisis de riesgo más sofisticados y en la toma de decisiones estratégicas. Esta evolución es particularmente relevante en el contexto brasileño, donde la escasez de profesionales calificados en ciberseguridad obliga a las organizaciones a optimizar el uso de los recursos humanos disponibles.
Las organizaciones que han implementado plataformas integradas reportan una reducción significativa de falsos positivos y un aumento en la velocidad de respuesta a incidentes críticos. Esta eficiencia operativa se traduce en una menor exposición a riesgos reales y en la optimización de los costos operativos, justificando las inversiones en herramientas de RBVM, incluso en escenarios presupuestarios restrictivos.
La automatización también permite una mejor trazabilidad y auditoría de los procesos de gestión de vulnerabilidades, facilitando la demostración del cumplimiento regulatorio y la mejora continua de los controles de seguridad.
La aplicación de la inteligencia artificial en la gestión de vulnerabilidades es una evolución natural de RBVM, ya que permite análisis predictivos que anticipan amenazas emergentes antes de que se materialicen en ataques efectivos. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden procesar volúmenes masivos de datos sobre vulnerabilidades, correlacionándolos con inteligencia de amenazas en tiempo real para identificar patrones que escaparían al análisis humano.
Estas tecnologías permiten no solo priorizar vulnerabilidades de forma más precisa, sino también predecir los vectores de ataque más probables, y habilitar estrategias proactivas de defensa. En el contexto brasileño, las capacidades de análisis a escala se vuelven esenciales para mantener las operaciones seguras y eficientes.
Transformar la seguridad en una ventaja competitiva
La medición efectiva de los programas de RBVM requiere indicadores que trasciendan los contadores tradicionales de vulnerabilidades corregidas. Las organizaciones maduras se enfocan en métricas como el tiempo promedio de corrección para vulnerabilidades críticas, el porcentaje de fallas corregidas dentro de los acuerdos de nivel de servicio (SLA, por sus siglas en inglés) basados en riesgo y la reducción medible de la superficie de ataque efectiva. Estas métricas operativas deben complementarse con indicadores de negocio que demuestren un impacto directo en los resultados de la organización.
También adquieren relevancia las métricas financieras, incluyendo el costo por vulnerabilidad remediada, el retorno de la inversión en herramientas de RBVM y la reducción de costos relacionados con incidentes de seguridad. Estas métricas transforman la seguridad de un centro de costos a un generador de valor, facilitando la aprobación de presupuestos y la demostración de su contribución a los resultados organizacionales.
El factor humano en la ecuación de la ciberseguridad
La nueva Estrategia Nacional de Ciberseguridad reconoce que la protección eficaz requiere la coordinación entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil. Este reconocimiento oficial de la dimensión humana de la ciberseguridad se alinea con la realidad corporativa, donde la implementación exitosa de RBVM depende tanto de la tecnología, como de una cultura organizacional adecuada. El desafío reside en equilibrar la creciente automatización con la necesidad de mantener la experiencia humana para decisiones estratégicas y situaciones que exceden los escenarios preprogramados.
La capacitación continua, la concienciación sobre seguridad y los procesos claros de escalabilidad se convierten en componentes críticos de los programas de RBVM efectivos. Las organizaciones que descuidan el factor humano a menudo descubren que sus herramientas más sofisticadas fallan debido a decisiones inadecuadas, procesos mal definidos o resistencia cultural al cambio.
La gestión eficaz del cambio organizacional se convierte, por lo tanto, en una competencia esencial para los líderes de TI que desean implementar RBVM con éxito, exigiendo no solo tecnología, sino también el desarrollo de personas y procesos.
Construir resiliencia para el próximo nivel de amenazas
La convergencia entre la creciente presión regulatoria, ataques cada vez más sofisticados y recursos limitados crea un entorno donde la gestión inteligente de vulnerabilidades se convierte en un imperativo de supervivencia. Con casi 315 mil millones de actividades maliciosas detectadas en los primeros seis meses del año, las organizaciones brasileñas enfrentan una elección clara: evolucionar hacia RBVM o permanecer vulnerables en un escenario de riesgo exponencial.
Esta transformación representa un cambio fundamental en la forma en que conciben e implementan la seguridad digital. El futuro próximo promete una integración aún mayor entre RBVM, inteligencia artificial y automatización avanzada, creando ecosistemas de seguridad adaptativos que respondan dinámicamente a las amenazas emergentes. Las organizaciones que inicien este viaje hoy estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos futuros.
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