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El software argentino frente a una oportunidad histórica: el fin del cepo cambiario
La unificación cambiaria abre una nueva etapa para el sector tecnológico. Qué desafíos persisten y por qué este puede ser un punto de inflexión para el futuro digital del país.
El levantamiento del cepo cambiario en Argentina no sólo marca un hito económico, sino que podría representar un antes y un después para uno de los sectores más dinámicos y resilientes del país: la industria del software. Con un tipo de cambio unificado y más transparente, las empresas tecnológicas recuperan capacidad de planificación, proyección internacional y, sobre todo, competitividad real en un mercado cada vez más exigente.
“Durante años, las distorsiones cambiarias obligaron a muchas empresas a operar desde el exterior solo para sobrevivir”, explica Sergio Candelo, COO de Snoop Consulting, y agrega: “Esta normalización representa la oportunidad de reanclar operaciones en Argentina bajo reglas claras y previsibles”.
Un nuevo escenario para exportar y retener talento

La medida tiene impacto directo en dos frentes clave: exportaciones y empleo formal. De acuerdo con Argencon, la economía del conocimiento ya representa el 9,2 % de las exportaciones argentinas, generando más de USD$ 8.000 millones al año, y se espera que en 2024 ese número crezca un 15,5 %, consolidando el sector como el cuarto rubro exportador del país. Sin embargo, los expertos advierten que esta cifra podría ser mucho mayor: Argentina redujo su participación en las exportaciones globales de servicios basados en el conocimiento del 0,37 % en 2010 al 0,25 % en 2023, según datos de la OMC.
“Nuestro share regional también se contrajo: del 17 % al 13 % en Latinoamérica. El objetivo debe ser revertir esa tendencia y proyectarnos hacia los USD$ 30.000 millones en la próxima década”, señalan desde Argencon.
El nuevo régimen de flotación con bandas y acceso más ágil al mercado de cambios podría mejorar la competitividad en precio de los servicios exportados, y reactivar la llegada de proyectos de mayor valor agregado. “Estamos empezando a ver consultas por proyectos más complejos, con foco en inteligencia artificial, data analytics y desarrollo de plataformas robustas”, señala al respecto Raymond García, director regional de CSA Latam. Según el ejecutivo, esto se traduce en oportunidades concretas para posicionar a Argentina como un socio estratégico confiable para empresas globales.

Al mismo tiempo, el nuevo contexto abre la puerta para recuperar talento argentino que migró, o que trabajaba en forma remota para el exterior. “Ya hay empresas analizando esquemas salariales más flexibles vinculados al dólar, lo que permite competir por talento desde una propuesta integral que combina estabilidad, desarrollo profesional y pertenencia local”, agrega García.
Candelo coincide: “Hoy un desarrollador senior puede ganar el equivalente a varias canastas básicas, incluso desde ciudades del interior. Conectividad mediante, el software permite arraigar talento en todo el país y generar movilidad social real”.
Desde Argencon también destacan el potencial multiplicador del sector en el mercado laboral formal. “La normalización cambiaria impacta directamente en la posibilidad de pagar mejores salarios, estabilizar las dotaciones de personal y frenar la rotación que golpeó al sector en los últimos años”, afirman. Tras la pandemia, muchas compañías perdieron talento por no poder ofrecer compensaciones competitivas frente al trabajo freelance internacional. “Recuperar la estabilidad laboral permite ciclos de aprendizaje más largos, equipos más sólidos y mejor respuesta a la creciente sofisticación de la demanda global”, remarcan desde la entidad.
Los desafíos: estabilidad, impuestos y formación
Pero la oportunidad no se convertirá automáticamente en crecimiento estructural según indican los expertos del sector. Para que la industria pueda desplegar todo su potencial, los especialistas coinciden en que aún quedan grandes desafíos pendientes.
Desde CSA Latam, identifican cuatro ejes críticos: estabilidad macroeconómica sostenida, simplificación tributaria, formación avanzada de talento y estímulo a la innovación. “El entorno tiene que acompañar con reglas claras, menores trabas y una mirada estratégica que trascienda la coyuntura”, subraya García.
Candelo, por su parte, advierte sobre el impacto de los impuestos distorsivos: “El Impuesto al Cheque y los Ingresos Brutos provinciales erosionan nuestra competitividad global. Su eliminación permitiría operar con más eficiencia y reinvertir en innovación”.
En Argencon comparten esa preocupación: “Una reforma tributaria y regulatoria es urgente. Si queremos atraer inversiones, instalar centros globales de operación y firmar contratos relevantes, necesitamos un marco previsible de costos y reglas de negocio”, advierten.
Otro punto clave es la formación de talento, especialmente en disciplinas emergentes. “Ya no basta competir por precio. El mercado demanda calidad, especialización y capacidad innovadora. Debemos superar el discurso simplista que promete sueldos altos con cursos cortos: necesitamos formación profunda y sostenida”, apunta Candelo.
Por su lado, García explica que las empresas deben impulsar alianzas con universidades y centros de formación técnica. “El Estado debe acompañar con incentivos concretos. Si no fortalecemos nuestra base profesional, vamos a quedar rezagados en la carrera global del conocimiento”, concluye.
La oportunidad de la federalización del talento
Una ventaja diferencial del sector es su capacidad para desarrollarse fuera de las grandes urbes. Tanto Candelo como García destacan la importancia de federalizar el talento argentino, aprovechando la red de universidades, clústeres tecnológicos y polos de innovación que existen en ciudades como Córdoba, Tandil, Mendoza, Mar del Plata o Tucumán. “La industria del software no necesita grandes ciudades para crecer. Lo que necesita es conectividad, formación y visión. Si alineamos esos factores, podemos generar oportunidades en todo el país y reducir las asimetrías regionales”, expresa Candelo.
En CSA Latam ya observan un renovado interés por parte de empresas internacionales en instalar centros de excelencia tecnológica en el país, atraídas no solo por la estabilidad monetaria sino también por la calidad del talento argentino y la cercanía horaria con mercados como EE.UU. y Europa. “Si logramos consolidar esta tendencia, podemos crear un círculo virtuoso de inversión, innovación y desarrollo regional que impacte más allá del sector tecnológico”, reflexiona García.
La unificación cambiaria marca el fin de una etapa y el comienzo de otra. Pero su verdadero impacto dependerá de las decisiones que se tomen a partir de ahora. La industria tecnológica ya demostró capacidad, resiliencia y talento. El desafío es que el país esté a la altura de lo que el sector necesita para consolidarse como motor estratégico del desarrollo nacional. “Este es el momento para tomar decisiones audaces y transformar el software argentino en un verdadero hub regional de innovación, talento y excelencia”, concluye García, mientras Candelo cierra agregando que el software no solo puede generar divisas, también puede generar futuro. “Solo hace falta que lo escuchemos y le demos las condiciones para crecer”, remata.