Cumplimiento estratégico contra el crimen financiero requiere inteligencia

Más allá de un checklist, la IA y el aprendizaje automático facilitan a las empresas diseñar programas de cumplimiento que integren tanto marcos regulatorios nacionales como estándares internacionales, señala Lynx.

La decisión que tomó la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN) de Estados Unidos, el pasado 25 de junio, de señalar a tres instituciones mexicanas por riesgos de lavado de dinero asociados al tráfico ilícito de opioides, y de restringir su acceso al sistema financiero estadounidense, no debe entenderse como un hecho aislado. Refleja una tendencia global: la supervisión internacional está elevando los estándares y la tolerancia frente a fallas graves en programas de prevención de lavado de dinero (PLD/AML, por sus siglas en inglés) es cada vez menor.

Esto solo aplica solo en México, sino en cualquier jurisdicción donde los bancos participan de redes financieras internacionales.

En este escenario, el verdadero reto está en la disparidad que existe entre marcos regulatorios nacionales y la expectativa de cumplimiento global. Muchas instituciones financieras que operan en mercados como México, Brasil o Colombia dependen de los lineamientos de sus casas matrices, y además están ajustadas a las regulaciones locales. Esto puede dar lugar a diferencias en la aplicación práctica de los controles, especialmente cuando las directrices globales deben adaptarse a contextos regulatorios locales.

Alyssa Iyer, Lynx Tech.

El problema surge cuando, en la práctica, los controles aplicados en una filial no alcanzan los niveles esperados en el ámbito internacional, exponiendo a la institución entera a sanciones.

Este tipo de medidas tiene un impacto que va más allá de las operaciones cotidianas: cuando una entidad queda restringida en el acceso al dólar y a corresponsales bancarios, el riesgo reputacional y financiero alcanza a toda la organización. Los corresponsales internacionales y los clientes evalúan de inmediato la solidez de los programas de cumplimiento. De ahí que el cumplimiento de AML/PLD no deba verse como una obligación meramente local, sino como un componente estratégico que sostiene la confianza en los mercados globales.

Para reducir la brecha entre lo local y lo global, resulta clave diseñar programas de cumplimiento que integren los marcos regulatorios nacionales con estándares internacionales de referencia, mientras fortalecen una cultura organizacional plenamente consciente del riesgo.

En este sentido, la tecnología se consolida como un habilitador estratégico: soluciones basadas en inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (ML) ofrecen la posibilidad de identificar patrones anómalos, anticipar comportamientos inusuales y automatizar procesos de monitoreo que tradicionalmente dependían de revisión manual. No obstante, la efectividad de estas herramientas está condicionada por la calidad de los datos disponibles, la claridad de los protocolos y la existencia de equipos especializados en cada jurisdicción.

En paralelo, la transparencia en las auditorías y la disposición a reconocer áreas de mejora, en lugar de ocultarlas, son interpretadas cada vez más como señales de madurez institucional que fortalecen la confianza de reguladores, contrapartes y clientes internacionales. Bajo esta lógica, los programas de cumplimiento son más sostenibles cuando logran un equilibrio dinámico entre tecnología, procesos y cultura, en vez de depender exclusivamente de uno de estos elementos.

De cara al futuro, parece claro que la presión y el escrutinio internacional seguirán intensificándose. Para las instituciones financieras en América Latina, el reto no radica únicamente en cumplir con regulaciones nacionales diversas, sino en lograr un nivel de consistencia y confiabilidad reconocido en toda la organización. Una posible vía es avanzar hacia un modelo de cumplimiento transnacional, capaz de armonizar las obligaciones locales con estándares internacionales, combinando tecnología con experiencia humana y entendiendo la transparencia no como una debilidad, sino como una señal de madurez.

Más que un simple requisito regulatorio, esta evolución puede representar una oportunidad: pasar de medidas reactivas y fragmentadas hacia una estrategia de cumplimiento integral, con orientación global y apoyada en la tecnología. Bajo este enfoque, la supervisión deja de ser un costo y se convierte en una ventaja competitiva.

Con ello, las instituciones tendrían mayores posibilidades de reforzar la confianza de corresponsales internacionales, reguladores y clientes, y de sostener su posición dentro del sistema financiero global.

Alyssa Iyer es experta en soluciones para Prevención de lavado de dinero (AML) en Lynx Tech. Anteriomente, fue emprendedora residente en Forgepoint Capital, donde investigaba soluciones emergentes de tecnología regulatoria y ayudaba a empresas a aplicar sus tecnologías a casos de uso de cumplimiento normativo. También ocupó el cargo de directora de la Unidad de Delitos Financieros de PwC.

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