LuckyStep - stock.adobe.com

Una adecuada observabilidad puede prevenir la caída de servicios en la banca digital

En el ecosistema financiero, cada clic define la confianza del cliente. Por ello, la observabilidad es una de las herramientas clave para anticipar fallas, reducir riesgos y sostener la fidelidad de millones de clientes digitales, afirma Atentus.

Cada falla en una aplicación bancaria –desde un error de autenticación, hasta un retraso en una transferencia– puede costar clientes, ingresos y reputación. Mientras gran parte del debate técnico sigue enfocado en infraestructura y desempeño, pocas organizaciones conectan estos problemas con la experiencia del usuario o con un impacto directo en el negocio. 

Anticipar esas posibles fallas será la prioridad de las empresas en 2026, según un informe de la consultora Gartner, que confirma que, para el próximo año, el 50 % de las organizaciones que utilizan arquitecturas de datos distribuidas habrán adoptado herramientas de observabilidad, frente al 20 % en 2024. Esta aceleración se debe a la proliferación de entornos cada vez más complejos, donde múltiples nubes, microservicios y plataformas heredadas exigen resiliencia y continuidad de servicio.

En este escenario, la observabilidad emerge como una especie de “seguro” estratégico contra la pérdida de clientes. “Hoy ya no alcanza con reaccionar cuando algo falla. Las empresas necesitan vivir en un estado de observabilidad total: anticipar, interpretar y resolver antes de que el cliente siquiera note un problema. (…) Asegurar experiencias digitales impecables, de principio a fin”, señaló Jessica Gutiérrez, gerente comercial de Atentus en México.

En América Latina, la industria financiera no solo enfrenta la constante presión de cerrar la brecha digital, sino también de responder a la adopción masiva de los servicios financieros en línea. Debido a la velocidad a la que operan esos servicios digitales, señaló Gutiérrez, a diferencia del monitoreo tradicional, requieren observabilidad no solo para detectar incidentes, sino para anticiparlos, identificar su raíz y resolverlos antes de que impacten al cliente final. Por lo tanto, el gran cambio de paradigma está en entender la observabilidad no como una herramienta aislada, sino como una consultoría estratégica.

“El valor ya no está solo en la plataforma, sino en la capacidad de interpretar datos complejos y transformarlos en decisiones operativas que elevan la disponibilidad, la eficiencia y la experiencia del cliente en todos los puntos de contacto”, explicó Jessica Gutiérrez.

Los riesgos, sin embargo, evolucionan con la misma velocidad: ciberataques sofisticados, lavado de activos a través de fintechs o vulnerabilidades invisibles. Aquí, señalaron desde Atentus, la inteligencia artificial se vuelve clave para anticipar amenazas, identificar patrones en millones de datos y responder en tiempo real. Jessica Gutiérrez enfatizó que “un entorno tan crítico como el financiero requiere capacidades avanzadas de monitoreo, análisis y correlación inteligente que garanticen confianza total del cliente, tanto dentro como fuera de la aplicación. La continuidad operativa hoy depende de una observabilidad capaz de detectar, contextualizar y mitigar incidentes antes de que impacten al usuario”.

Frente al desafío de combinar innovación y confianza, la banca digital requiere impulsar una nueva cultura, soportada por la observabilidad, en la que cada dato, cada alerta y cada decisión refuerzan la promesa de continuidad digital. Es decir, observabilidad traducida en resultados de negocio concretos. “El mundo entero está migrando a esta nueva forma de ver la banca, y México no se queda atrás”, apuntó Gutiérrez.

Investigue más sobre Cumplimiento y control