Getty Images

FemTech: La revolución tecnológica que transforma la vida de las mujeres

Para luchar contra la violencia de género, el programa pro-bono corporativo de SoftServese alió con el think-tank Centro-I para lanzar una app contra la violencia de género.

Hoy, las mujeres de todo el mundo siguen enfrentando barreras sistémicas: desde el acceso limitado a servicios de salud y financieros de calidad, hasta la falta de oportunidades económicas. Según UNICEF, estos factores determinan en gran medida la salud y el bienestar de mujeres y niñas, lo que crea la necesidad de nuevas soluciones.

En respuesta a estos retos, comenzó a tomar forma el sector FemTech, tecnologías enfocadas en la salud y el bienestar de las mujeres que, en los últimos años, evolucionó hacia un mercado independiente y se convirtió en una tendencia visible. FemTech inició su desarrollo con productos comerciales diseñados para mejorar la calidad de vida, desde apps de seguimiento del ciclo hasta dispositivos para la menopausia. Sin embargo, el potencial de este campo es mucho más amplio: la tecnología puede responder no solo a necesidades individuales, sino también a desafíos sociales de gran escala.

Veamos cómo funciona, qué proyectos ya se han implementado y cómo crear cambios positivos en la sociedad a través de la tecnología.

De soluciones de nicho a tendencia global  

Erandi López.

En 2024 y 2025, la FemTech se consolidó como una de las áreas más dinámicas de la salud digital. La consultora Arizton Advisory & Intelligence prevé que el mercado supere los 75 mil millones de dólares para 2026, con una actividad de inversión que crece cada año. Esto se explica tanto por el aumento del interés público en la salud de la mujer, como por el hecho de que estos temas estuvieron fuera del foco de la medicina y la industria farmacéutica tradicionales.

La FemTech suele asociarse con soluciones que facilitan la vida cotidiana: apps para seguimiento del ciclo, monitoreo de fertilidad, programas de acondicionamiento físico, dispositivos para aliviar síntomas o asesoría personalizada basada en inteligencia artificial. Esas fueron las primeras en llegar al mercado y dieron forma a la imagen de las soluciones tecnológicas para mujeres.

Un ejemplo interesante es una startup que presentó, en el CES 2024, una prueba casera para infecciones urinarias (UTI). Solo había que usar una tira reactiva y escanearla con la app para obtener el resultado en dos minutos y, de ser necesario, contactar de inmediato a un médico. La solución recibió el Premio a la Innovación de CES y fue incluida en la lista de Wired de las “Mejores tecnologías de salud”.

De productos comerciales a voluntariado tecnológico

Si bien la mayoría de las soluciones FemTech están dirigidas a mujeres, aún enfrentamos barreras y brechas que limitan su acceso a un grupo específico. Por un lado, hay rastreadores del sueño y consejos personalizados con IA; por el otro, millones de mujeres para quienes las necesidades básicas siguen siendo clave: seguridad en las calles, acceso a la medicina, apoyo en la maternidad. Para ellas, incluso la app más innovadora no resuelve los problemas básicos.

Por eso, al hablar del papel de la tecnología en la vida de las mujeres, vale la pena mirar más allá de la FemTech comercial. Mientras la industria se enfoca en productos rentables, las iniciativas tecnológicas de voluntariado abordan retos más profundos y globales. La particularidad del voluntariado tecnológico radica en combinar la experiencia de las empresas que saben cómo crear productos de calidad con las organizaciones civiles, que aportan un conocimiento profundo de las necesidades de las comunidades. Es esta sinergia la que permite crear soluciones que impulsan cambios reales.

En México, el programa pro-bono corporativo de SoftServe, OpenTech, se alió con Centro-i, un think-tank que trabaja por un porvenir tecnológico ético, responsable e inclusivo en el país. El objetivo es trabajar en la solución de la violencia de género, que sigue siendo uno de los mayores problemas sociales que enfrentamos: miles de mujeres son víctimas cada año y muchas veces la ayuda que pueden recibir se ve limitada o incluso negada. 

Bajo la dirección de Centro-i, personas voluntarias de SoftServe están desarrollando una app móvil para ayudar a mujeres que enfrentan violencia de género por sus parejas o familiares, en el primer proyecto de OpenTech en el país. La solución se centra en la seguridad digital, e incluye:

  • un chatbot con IA para identificar el tipo de violencia y evaluar riesgos,
  • un botón de alarma con notificaciones SMS para contactos de emergencia registrados previamente,
  • un catálogo de recursos verificados, e incluso
  • un “modo camuflaje” para ocultar la app en situaciones críticas.

La aplicación se lanzará en los próximos meses para poner a disposición del público de manera gratuita.

Además de la tecnología, el valor de la solución está en la colaboración, ya que Centro-i está identificando organizaciones, colectivos, asociaciones civiles e instituciones que brindan apoyo a esta causa en todo el país, creando el Directorio Nacional de Apoyo a Víctimas de Violencia de Género en México.  

Cómo impulsar cambios reales

Las iniciativas tecnológicas de voluntariado demuestran que el verdadero valor de la innovación se mide por cómo cambia la vida de las personas. Por eso son tan importantes los programas pro-bono corporativos. En OpenTech, desde hace seis años, especialistas crean soluciones para enfrentar desafíos sociales en distintos países.

El voluntariado en tecnología se está convirtiendo en una de las formas más eficaces de responder a retos que el propio mercado suele pasar por alto. Primero, tiene un impacto directo: gracias al conocimiento y los recursos de las empresas, surgen herramientas digitales que están cambiando de verdad la vida de personas en distintos países. Segundo, tiene un efecto de largo plazo: los proyectos de voluntariado crean una nueva cultura de colaboración entre empresas, organizaciones de la sociedad civil y comunidades locales. Donde los mecanismos tradicionales se estancan, el voluntariado tecnológico suele convertirse en un catalizador de cambios rápidos y tangibles.

Erandi Lopez es especialista sénior en Responsabilidad Social Corporativa en SoftServe México. Es especialista en sostenibilidad, con más de 10 años de experiencia liderando proyectos de diversidad, equidad e inclusión (DEI), impacto social y salud mental, así como en el diseño de estrategias de comunicación y reputación para el sector privado y la sociedad civil. Antes de trabajar en SoftServe, dirigió iniciativas de impacto social en SAP y colaboró con WEConnect International. Ha participado en iniciativas como Vital Voices, TrepCamp, Women in Data Science de la Universidad de Stanford y Pacto Mundial de la ONU. Es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y cuenta con estudios de posgrado por la misma institución, la Universidad Anáhuac y la Universidad de Texas.

Para que una empresa ponga en marcha con éxito un movimiento interno de voluntariado, conviene:

  • Tratar los proyectos de voluntariado no como una “buena acción”, sino como parte de la cultura organizacional y con una perspectiva estratégica ligada al negocio.
  • Crear condiciones flexibles, desde proyectos de corto hasta de largo plazo, para que perfiles diversos puedan participar.
  • Vincular las necesidades reales de las comunidades con las competencias específicas de las y los especialistas: así surgen soluciones con impacto tangible.

Investigue más sobre Software de mejora de procesos