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El promisorio momento de las empresas fintech en América Latina

El crecimiento de las empresas financieras tecnológicas responde a que la pandemia obligó a la banca a apurar su camino hacia los servicios digitales, y a la maduración de nuevas tecnologías financieras, dicen expertos chilenos.

La industria fintech vive hoy un positivo momento en Chile y la región. Además de las interesantes cifras de crecimiento, algunos de sus principales actores están ya evaluando estrategias de expansión internacional. De acuerdo con la “Encuesta de Expectativas Fintech 2022”, realizada en agosto de este año por FinteChile, un 75,8 % de los consultados tiene pensado realizar inversiones en los próximos seis meses y un 79 % está evaluando expandir su empresa a otros países.

Una de las razones de peso de este fenómeno es que la pandemia obligó a muchos sectores económicos a migrar hacia lo digital, lo que se sumó a la evolución de la banca tradicional y a la maduración de nuevas tecnologías financieras.

José Ignacio Díaz, IDC Chile.

José Ignacio Díaz, analista senior de Soluciones Empresariales y Telecomunicaciones de IDC Chile, explica que las fintech han crecido durante los últimos años, aumentando en un 212 % del 2018 al 2021 en Latinoamérica. Para el año 2021, las fintech en la región llegaron a 2.482; de eso, Chile participa con un 7 %, que corresponde a unas 200 fintech aproximadamente. En toda América Latina existen actualmente cerca de 260 empresas fintech, pero se espera que en unos dos años Chile cuente con aproximadamente 400 fintech.

“México se destaca como pionero con la legislación reguladora, siendo el primer país en la región en tener una. En Brasil, no existe un marco normativo específico para las fintech, sin embargo, existen varias leyes y normas que tratan el tema. Mientras que, en Chile, recientemente se aprobó la ley fintech. La aprobación de esta normativa fomenta un escenario que promueve las nuevas tecnologías, se crea un sistema de finanzas abiertas y se establece un marco regulatorio para servicios financieros de base tecnológica”, resalta el ejecutivo.

Según cifras de IDC, con mediciones del 2021, con respecto a inversiones generales de TI, el sector financiero es el número uno en Chile, con alrededor de mil millones de dólares anuales de inversión. Es un dato relevante, ya que esto evidencia que se invierte en tecnología en la propia dependencia. En el sector financiero, el 59 % de los CEO ve como un riesgo competitivo y operacional la existencia de brechas en su evolución digital. Este sector es relevante en Chile por sus inversiones en tecnología y hoy se enfrenta a procesos transformacionales.

Desafíos para crecer y expandirse

Felipe Castiglione, Defontana.

Los expertos señalan que, además de la regulación, que es tremendamente importante, uno de los grandes desafíos para esta industria es acompañar estos procesos de transformación tecnológica de un cambio cultural que implique pensar de manera digital, anteponiendo el uso de la tecnología a los desafíos del negocio y entender que el financiamiento es fundamental para acortar la brecha digital. “Desde ahí, los retos de la industria se orientan a mejorar la experiencia del consumidor final, transitar hacia la nube o sistemas 100 % web, optimizar los soportes tecnológicos, capacitar en educación financiera para sacar el máximo provecho de las nuevas soluciones o ecosistemas financieros y brindar una ciberseguridad robusta”, advierte Felipe Castiglione, gerente de Éxito de Cliente de Defontana.

En el caso local, uno de los desafíos para las fintech en Chile es que están viviendo una transición debido a la ley aprobada a finales de octubre del 2022. Con esto, se regulan las actividades, se establecen garantías y se fija la participación de entidades calificadas. De igual manera, hay ciertas garantías como que los bancos tradicionales ya puedan compartir información con base en APIs, así como mantener estrategias de webscraping para Open Banking.

Díaz, de IDC, señala que otro desafío es que ya encarna entidades reguladas y eso involucra la necesidad de generar otros procesos internos y tecnológicos para responder a estos requerimientos, así como generar alianzas. También necesitan ser sustentables en la expansión y desarrollar productos de valor, es decir, productos bancarios.

Respecto de la seguridad, las fintech requieren un enfoque en la seguridad de los datos, “aunque sean nativas en nube, deben poseer foco en ellos. Es más, en Chile y según las encuestas de IDC, el sector financiero tiene interés en la seguridad y la eficiencia operacional. No podemos olvidar que las finanzas abiertas requieren un uso mucho más riguroso de la información de las personas. Fortalecer la seguridad en las transacciones, y prevenir el fraude y la suplantación de identidad, son puntos importantísimos para que haya confianza y menos fricción con los clientes finales”, detalla Díaz.

Proyecciones y perspectivas futuras para esta industria

El futuro para las empresas fintech se ve bastante promisorio. Según el informe “Agenda Fintech Rumbo a 2025”, de Finnovista y Mercado Pago, en 2021 se realizaron 991 inversiones de capital de riesgo a empresas fintech latinoamericanas por un valor total aproximado de US$7.800 millones. En lo que va de este año, tres de cada cuatro inversiones se han destinado a empresas en etapa semilla, lo cual pronostica una segunda ola de inversiones de seguimiento hacia mediados de 2023.

“Las proyecciones son muy positivas, pues las fintech no solo facilitan la interrelación y conectividad, sino también dan acceso al mundo del financiamiento para desarrollar y hacer crecer los negocios”, destaca Castiglione, de Defontana.

Por su parte, Díaz, de IDC Chile, sostiene que es un mercado creciente que está generando madurez. “En Chile se están generando regulaciones, pero la banca tradicional se encuentra reaccionando ante el avance de las fintech. Hoy día, lo que está viviendo la banca es lo que se llama Digital Bank, la modernización de su sistema. Es necesario empezar a desacoplar su legado hacia un ambiente más flexible. El open banking es cómo hacer el intercambio de información con la banca no tradicional; y externalizar los servicios es banking as a service. Por lo tanto, el banco reacciona y la banca tradicional también se convertirá en un competidor para las fintech, no solamente las propias fintech”, concluye.

Los mitos del acceso y de la seguridad

Uno de los principales mitos que afectan a las herramientas y empresas fintech es que son difíciles de usar o de difícil acceso, sobre todo las que son 100 % web. Esto implica, además, que se crea que son inseguras en el manejo de datos personales. “Pero todo eso está muy lejos de la realidad. Hoy existen plataformas extremadamente seguras y de muy fácil acceso para empresas de todos los tamaños y sectores”, dice Felipe Castiglione, gerente de Éxito de Cliente de Defontana.

En este sentido, José Ignacio Díaz, analista senior de Soluciones Empresariales y Telecomunicaciones de IDC Chile, señala que es necesario que las claves queden bien cerradas para que no entren ciberdelincuentes. Además, tener un robusto sistema de recuperación y encriptar de manera correcta toda la información.

“Los sistemas legados en el sistema bancario tradicional y su core business pueden tener incluso más de 15 años, y para que esto no genere fricciones con nuevos jugadores es necesario modernizarse. Así mismo, aunque sean empresas nativas digitales, las fintech deben tener un robusto sistema de seguridad y de recuperación antiataques por la sensibilidad de sus datos. Tanto las instituciones financieras (IF), como las fintech son susceptibles a la actividad delictiva de los estafadores en el robo de dinero y datos. La tecnología ha permitido la digitalización de los préstamos para proporcionar a los prestatarios una experiencia de aplicación conveniente y en tiempo real”, concluye Díaz.

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