Cómo elegir Windows o Linux como SO para su empresa
Microsoft Windows y Linux son los sistemas operativos más populares en las empresas, y cada uno presenta características que hay que analizar para definir cuál es el más conveniente para aprovechar en distintos entornos.
Elegir un sistema operativo para los equipos dentro de una empresa es una decisión que tiene directo impacto en la correcta operación de los servicios informáticos requeridos para un óptimo funcionamiento de la producción, operación y administración en las organizaciones.
Microsoft Windows y Linux son dos de los sistemas operativos más popularmente usados por las compañías, y cada uno presenta un conjunto de características que hay que analizar al momento de definir cuál es el más conveniente.
Reynaldo Guevara, ingeniero consultor de productos Microsoft de SONDA, señala que una de las características más importantes que se deben analizar es el costo. “En el caso de Microsoft Windows, debemos contar con la licencia del producto, lo cual permite que el cliente tenga acceso a todas las actualizaciones y descargas opcionales disponibles en Microsoft, y que están diseñadas para ayudar a obtener el máximo rendimiento del sistema operativo. Según la licencia (…) se puede acceder a distintos niveles de soporte, a ser usados tanto en ambientes productivos como de desarrollo y testing. Para Linux, la mayoría de las distribuciones disponibles se encuentran accesibles en internet para su descarga gratuita. Esto tiene como ventaja que no genera costo en términos de licencia, pero no cuenta con soporte. Las versiones de Linux que cuentan con soporte garantizado, presentan costos de suscripción del software, lo que garantiza la implementación de un software probado y certificado con acceso a soporte especializado. Esta es la versión más utilizada en ambientes productivos. Sin embargo, de igual forma, las compañías deben contar con un proveedor de servicios TI capaz de proveer una capa de soporte especializado para la evolución de las aplicaciones sobre el sistema operativo”, resalta.
Otro factor relevante es la compatibilidad. El hecho de que existen modelos de servidores optimizados para trabajar con sistemas operativos en particular –los fabricantes de hardware garantizan y certifican el óptimo funcionamiento del servidor con alguna versión de específica de un sistema operativo– influye en la toma de decisiones. “Caso similar sucede con los aplicativos, pues en el mercado existen algunos que funcionan solo con sistemas operativos Microsoft Windows o con algún distribuidor específico de Linux, como Red Hat”, agrega Guevara.
Tampoco hay que dejar de lado la seguridad. Guevara indica que Microsoft cuenta con la constante publicación de actualizaciones o parches que permiten corregir las vulnerabilidades detectadas, las que son publicadas mensualmente como actividad programada, y en los casos de urgencia se publica el Hotfix de reparación una vez que es probado en los laboratorios de Microsoft. Para el caso de Linux, sus características de acceso al kernel permiten, en la mayoría de los casos, que las vulnerabilidades sean corregidas de manera ágil.
En resumen, los dos sistemas operativos son seguros si se adoptan las medidas adecuadas para resguardarlos en términos de tecnología, protocolos y cultura de usuarios. Para asegurar este proceso, lo ideal es contar con un proveedor de servicios de soporte y mantención para el sistema operativo que cuente con las certificaciones y competencias necesarias.
El usuario es lo primero
Para Nelson Álvarez, director de carrera de la Escuela de Informática y Telecomunicaciones de Duoc UC, sede Maipú, el sistema operativo de un equipo, ya sea Windows o Linux, debe estar al servicio del usuario.
“Cuando pensamos en un ambiente Windows, hay que considerar el perfil de los usuarios para los cuales se destinará el sistema operativo. Si se trata de un ambiente de escritorio, la curva de aprendizaje es clave. Por ejemplo, si una empresa ha usado permanentemente un ambiente Windows, tratar de que los colaboradores utilicen de la noche a la mañana un entorno Linux, sin una adecuada inducción o capacitación, puede generar gran resistencia al cambio y problemas de productividad serios. Más aún si este cambio no va acompañado de un buen soporte técnico para enfrentar dificultades del día a día. Sin embargo, cuando se trata de usuarios que por primera vez se enfrentan a la tecnología, un ambiente Linux puede ser tan intuitivo como uno Windows, ya que ambos tienen herramientas de ofimática, un escritorio gráfico y distintos paquetes de software para la realización de tareas”, refiere.
Álvarez también recomienda considerar el licenciamiento. “Un entorno Linux permite contar con un ambiente cuyas licencias son más accesibles para medianas y pequeñas empresas a través de distribuciones, como Ubuntu o Fedora; sin embargo, siempre se debe considerar el costo de implementación y capacitación, además de las consideraciones en cuanto a soporte y seguridad. En cambio, un ambiente Windows, requiere de todas maneras un equipo con licencias, cuyo costo inicial puede estar incluido en la compra del hardware, pero es posible que, ante la actualización del software, se deba adquirir nuevas licencias”, dice.
En materia de ambientes de escritorio, la participación de Windows en sistemas operativos de escritorio es ampliamente superior a Linux y, salvo tareas puntuales, como la habilitación de un punto de venta o el uso de aplicaciones muy específicas en el ámbito de la edición de video o software a medida, el uso de Linux como equipo de escritorio es menos frecuente, con una participación de mercado que ronda entre el 2% y 3% a nivel mundial, según netmarketshare.com
En el área de servidores, la elección no es tan directa como en el caso anterior. Un servidor Linux puede ser tan o más potente que un servidor Windows, dependiendo de la configuración y de la experiencia que se tenga a nivel técnico, de tal forma que, por ejemplo, en el caso de los servidores web, la participación de Linux a través de Apache es la ganadora. Según una encuesta de marzo realizada por netcraft.com, los servidores web con sistema operativo Microsoft solo llegan al 35%, mientras que Apache y nginx, presentes habitualmente en Linux, tienen cerca de un 50% del mercado. Incluso, en plataformas en la nube como Azure de Microsoft, la oferta de sistemas operativos Linux para desplegar servicios es amplia, ofreciendo máquinas con sistemas empresariales como Red Hat Linux u Oracle Linux, además de CentOs, que es una distribución gratuita basada en Red Hat. Nuevamente, los aspectos a considerar son el destino del sistema operativo, la curva de aprendizaje de sus usuarios, el licenciamiento, el soporte técnico y la capacidad de administrarlos adecuadamente.
Cristián López, gerente de nuevos productos de In Motion, manifiesta que hay dos miradas en cuanto a sistemas operativos: el uso de escritorio de usuarios y el de servidores de sistemas. “Actualmente, Windows sigue liderando la industria de PC de escritorio. La experiencia de usuario requiere menos esfuerzo en entrenamiento y, al ser un estándar de industria, es muy probable que los usuarios lo hayan usado en su casa o en otra empresa. En cuanto al uso como servidores, la decisión de uso va de la mano con las aplicaciones que se requerirá utilizar, ellas determinarán el sistema operativo a escoger. Con el estándar de cloud, los sistemas operativos Intel compatibles son los que reinan en cuanto a cantidad de implementaciones. Sin embargo, en ambientes empresariales corporativos como bancos, financieras o retail es muy probable que se utilicen sistemas operativos para otras arquitecturas, dadas las características de tolerancia a fallas que se requieren. En estos escenarios es muy probable encontrar HP UX, AIX, SOLARIS o UNIX”, sostiene.
La nube híbrida une a todos
Los expertos sostienen que probablemente los escritorios Windows seguirán dominando el ambiente empresarial a nivel de usuarios corporativos, y la seguridad seguirá siendo un aspecto clave.
“La tendencia del bring your own device, es decir, que los usuarios utilizan sus dispositivos en la oficina, presenta grandes desafíos si consideramos que las nuevas versiones de Windows buscarán seguir integrando aplicaciones móviles con aplicaciones de escritorio. Microsoft ya ha anunciado que su sistema operativo seguirá integrándose en esa dirección, y si le sumamos el despliegue de las aplicaciones en la nube, lo que en un momento fue llevar un dispositivo a la oficina se transforma rápidamente en ‘llevar tus datos a la oficina’ a través de la nube. Los usuarios, a través de sus cuentas de almacenamiento en la nube, y el uso de aplicaciones como Office365 o Google Apps, pueden interactuar con su sistema operativo móvil, su equipo personal o su equipo corporativo indistintamente, y es acá donde probablemente tanto Windows como Linux, seguirán intentando converger en beneficio de sus usuarios”, destaca Álvarez de Duoc UC.
En materia de servidores, tanto Linux como Windows, además de ofrecer entornos de desarrollo y de despliegue de aplicaciones, pueden ejecutar contenedores o paquetes de servicios, donde las aplicaciones pasan a ser independientes del sistema operativo en que funcionan. Por lo tanto, al estar disponibles en la nube, la decisión sobre qué sistema operativo implementar pasa nuevamente por la capacidad de uso que se le pueda dar a nivel de administración, soporte, mantención y costo de licenciamiento.
“Acá la tendencia es configurar paquetes de recursos, donde el sistema operativo es relevante, pero más importante es el resultado y la posibilidad de escalar la infraestructura de acuerdo a las necesidades del día a día. Por algo, hace algún tiempo, la compañía de Redmond dijo ‘Microsoft Love Linux’, quizás porque, a nivel empresarial, ambos pueden coexistir perfectamente”, agrega el académico.
Entre otras nuevas tendencias que vienen destaca el servicio de nube híbrida, que busca facilitar la conexión de los sistemas operativos y aplicativos con la nube.
Guevara, de SONDA, explica que en el ambiente de nube híbrida muchas empresas han adoptado la nube como tecnología esencial dentro de sus servicios, integrándola con sus ambientes on-premises. Microsoft está abordando la necesidad de integración con la nube con la próxima versión del sistema operativo Windows Server 2019, versión que permitirá a los clientes integrar sin complicaciones servicios en la nube como Azure Backup, Azure File Sync, recuperación de desastre, entre otros, sin afectar las aplicaciones o la infraestructura existente.
Las compañías también se están asociando con los proveedores de hardware para proporcionar soluciones de infraestructura hiperconvergentes (HCI) más económicas y robustas que permitan incluir escabilidad, rendimiento y fiabilidad, señala el ejecutivo. “La infraestructura hiperconvergente (HCI) permite la convergencia del almacenamiento físico en servidores x86 estándares del sector, lo que permite una estrategia de componentes básicos con capacidades de escalabilidad horizontal. Con esta infraestructura todas las funciones clave del centro de datos se ejecutan como software en el hipervisor, en una capa de software estrechamente integrada, lo que permite suministrar servicios que anteriormente se proporcionaban mediante hardware por medio de software”, dice.
Jonathan Namuncura, analista de IDC, agrega que, desde hace un tiempo, se observan sinergias entre los sistemas operativos del mundo tradicional y el código abierto. “Los aceleradores de la adopción de este tipo de herramientas serán la adopción de cloud, la consolidación de TI y el fin del soporte extendido de plataformas tradicionales, y finalmente, IoT con sistemas operativos embebidos”, concluye.