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Parques industriales deben seguir el modelo de las fábricas inteligentes

Para fortalecer su atractivo para la inversión, el noreste de México necesita desarrollar una infraestructura digital más robusta y amplia que muestre que está preparado para la evolución digital.

El noreste de México es una zona en la que el nearshoring no debería resultar un asunto tan sorprendente. Desde hace décadas, esta región del país ocupa un lugar relevante en el contexto global de la producción industrial.

Prueba de ello son sus 47 clústeres industriales, ubicados en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Dicha capacidad productiva también se refleja en los índices de Inversión Extranjera Directa (IED): del total que recibe México, la región norte en su totalidad es el destino del 46,6 %, mientras que la zona centro obtiene el 42,3 % y el sur 11,1 %.

Julio Palacios

Dada su orientación industrial y global, la actual tendencia al nearshoring parece una oportunidad segura para el norte mexicano, y algunas referencias alientan tal optimismo. Por ejemplo, reportes del Banco de México (Banxico) consideran que Coahuila, Baja California, Nuevo León y Chihuahua serán entidades beneficiadas por la actual tendencia hacia la relocalización; otros análisis señalan que la zona norte de México, durante los próximos cinco años, concentrará el 56 % de los flujos de inversión, cuyo valor podría alcanzar los $84.000 millones de dólares.

Sin embargo, las expectativas alentadoras deben tomarse con cautela. La fortaleza productiva ahora tiene que probarse en otro terreno: la actividad industrial impulsada por la innovación tecnológica.

El modelo que realmente marcará la diferencia

Hoy, en los centros industriales de todo el mundo, el éxito no sólo depende de recursos bien conocidos, como el acceso oportuno a insumos de bajo costo o disponibilidad de mano de obra barata. Los clusters productivos que consiguen las mejores oportunidades de negocio son aquellos que asumen un perfil de fábricas inteligentes, es decir, instalaciones de manufactura en donde la operación coordinada de múltiples innovaciones tecnológicas –como nube, big data, inteligencia artificial, robótica, internet de las cosas, centros de datos, edge computing, aprendizaje automático– garantiza procesos ágiles, flexibles, eficientes y rentables.

Esta nueva visión de la manufactura posibilita que un país con bajo desarrollo económico, pero audaz en inversión e innovaciones tecnológicas, resulte más atractivo que una nación económicamente más fuerte y con largo recorrido industrial. Por eso, en distintos estudios que valoran el potencial innovador de los sectores manufactureros del mundo, México, incluso con sus ventajas derivadas del nearshoring, puede ser superado por Bulgaria, Vietnam o Filipinas, lugares que en lo económico e industrial parecen menos importantes, pero han tomado medidas decisivas para fomentar la transformación digital de sus hubs industriales.

Ese es el factor que debe atender el noreste de México: desarrollar una infraestructura digital más robusta y amplia, la cual, combinada con las conocidas ventajas competitivas, fortalecerá la posición de la zona en el actual escenario industrial. En cierto sentido, es demostrar que un bastión de la manufactura mexicana, más allá de su conveniencia para la relocalización, está preparado para la evolución digital.

En dicho plan, el aspecto de la conectividad es fundamental. La infraestructura de red es el elemento tecnológico que sostiene las capacidades de una fábrica inteligente que interconecte, con velocidad y seguridad, distintas sedes de manufactura con los dispositivos IoT y de computación perimetral; y que lleve información a las nubes y centros de datos donde residen las soluciones analíticas que son esenciales para la toma de decisión en tiempo real, entre otras características de una manufactura de nueva generación. La red es la columna vertebral de una fábrica inteligente e hiperconectada.

La capacidad de esta infraestructura para manejar con eficacia el volumen y la velocidad de los datos se convierte en un factor determinante para la agilidad y la competitividad de la empresa en el mercado global. Además, la evolución hacia sistemas de producción más inteligentes y automatizados requiere de una conectividad ininterrumpida y segura. Las tecnologías de SD-WAN y SASE, por ejemplo, ofrecen soluciones que no solo optimizan el rendimiento de la red a través de la gestión inteligente del tráfico y la asignación dinámica de recursos, sino que también proporcionan un marco de seguridad integral que protege contra amenazas cibernéticas.

Ante las circunstancias políticas y económicas que están impulsando el interés por el nearshoring, las compañías del mundo vuelven a mirar con interés hacia las empresas en Coahuila, así como a las industrias en Nuevo León. La innovación tecnológica es el elemento que necesitamos para implementar una estrategia de relocalización totalmente alineada a la nueva era de la actividad industrial.

Sobre el autor: Julio Palacios es Chief Innovation & Partnership Officer en MCM Telecom. Tiene 22 años de experiencia en MCM Telecom, donde ha sido responsable del desarrollo de negocios globales y encabeza el área de Innovación y marketing. Es ingeniero en Comunicaciones y Electrónica por el Instituto Politécnico Nacional de México, y cuenta con diversos estudios de posgrado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y la Télécom École de Managment France, así como la IPADE Business School, entre otros.

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