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Logística inversa y sostenibilidad, retos ocultos del Buen Fin 2025

Contar con una logística eficiente es fundamental para cumplir con pedidos y asegurar entregas rápidas incluso en épocas de altas ventas, pero hoy también hay que fijarnos en la sustentabilidad, afirma DispatchTrack.

Detrás del éxito comercial de la temporada de El Buen Fin, cuya edición 2024 dejó una derrama mayor a $173.800 millones de pesos mexicanos, según reportes oficiales, existen desafíos que pueden resultar menos visibles, pero que son estratégicos, en la cadena logística: la sostenibilidad de la última milla y la gestión de la logística inversa.

“En DispatchTrack, vemos que la entrega ya no es sólo velocidad, sino compromiso”, afirma Carlos Díaz Ojeda, gerente general de DispatchTrack Latinoamérica. “Durante El Buen Fin, el volumen se multiplica y con ello la presión sobre recursos, rutas, empaques y devoluciones. Si queremos que la experiencia sea excelente, y responsable, tenemos que pensar más allá de entregar rápido”, comenta.

Sostenibilidad, un valor emergente en la última milla

El crecimiento del comercio electrónico y las campañas de gran volumen –como El Buen Fin– obligan a repensar la distribución urbana. Investigaciones señalan que la última milla representa entre el 28 % y el 75 % del costo total del transporte, y es uno de los componentes más críticos en términos de huella operativa.

El mercado de logística sustentable en México está valuado en $31 mil millones de dólares, según un análisis histórico de cinco años. Su crecimiento se debe principalmente al aumento de las regulaciones ambientales, la creciente demanda de prácticas sustentables por parte de los consumidores y los avances en tecnología logística, según datos de Ken Research. Este tipo de infraestructura cobra especial relevancia en eventos de alta demanda, donde los picos de volumen generan congestión y mayor desgaste logístico.

“Reducir trayectos innecesarios, usar flotas eléctricas o híbridas, agrupar entregas… eso es lo que llamamos logística sustentable. Y en temporadas como El Buen Fin, cada optimización cuenta, no solo para la rentabilidad, sino para la percepción de marca y el entorno urbano”, explica Díaz.

“Cada industria tiene desafíos únicos, y por eso creamos soluciones que responden con agilidad, visibilidad y control total. La última milla no debe ser un problema: debe convertirse en una ventaja competitiva”, asegura el ejecutivo.

Logística inversa para las devoluciones

El experto señala que la época posterior a un evento comercial importante revela un segundo desafío: la devolución de productos. Según el reporte oficial de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) sobre El Buen Fin 2024, la satisfacción del comprador digital se mantuvo casi en un 90 %. Sin embargo, en este tipo de análisis muchas veces no se considera que las devoluciones implican desplazamientos adicionales, empaques, y un nuevo ciclo logístico.

“Las devoluciones son el eslabón invisible que puede erosionar la rentabilidad y la sostenibilidad de la operación”, expresa Carlos Díaz. “Una entrega impecable vale mucho, pero una devolución mal gestionada puede comprometer la experiencia y el impacto ambiental”.

En este contexto, emplear tecnologías de seguimiento, optimización de rutas de recolección y consolidación de devoluciones son estrategias clave para mitigar el impacto, declara. Además, una política clara de devoluciones no solo mejora la eficiencia operativa, sino que fortalece la fidelidad del cliente.

“Hoy la logística ya no es solo cumplir con el cliente final, sino hacerlo con consciencia”, subraya el gerente general de DispatchTrack Latinoamérica. “El Buen Fin ya no puede medirse únicamente en ventas; debe medirse también en cómo se entrega, cómo se devuelve y qué huella dejamos”, concluye.

Consejos para las marcas, retailers y operadores logísticos

Para las empresas participantes en El Buen Fin 2025 y temporadas similares, las recomendaciones de DispatchTrack incluyen:

  • Invertir en análisis de demanda anticipada y consolidación de rutas para reducir kilometraje y emisiones.
  • Evaluar el uso de flotas limpias, centros de micro-fulfillment y puntos de recogida como alternativas más sostenibles.
  • Diseñar políticas de devoluciones ágiles, escalables y visibles para el consumidor, integradas a los flujos operativos.
  • Considerar la sostenibilidad como factor de marca. Cada entrega y devolución comunica una promesa más amplia de responsabilidad.

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