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Silvina Moschini, TransparentBusiness y SheWorks!

Fuente:  Ryan Cleek

Silvina Moschini, fundadora y presidente de TransparentBusiness; CEO y fundadora de SheWorks!

¿Cómo y por qué eligió la industria de TI como camino profesional?

Aunque de formación académica soy comunicadora, elegí convertirme en una emprendedora tecnológica de impacto. Me apasiona cómo la tecnología puede tender puentes entre talento y oportunidades.

Trabajé mucho tiempo en empresas grandes. Fui gerente de Comunicaciones para América Latina de Compaq; al año me promovieron para ser directora de Relaciones Públicas e Internet Internacional. Para 1999 o 2000, trabajaba en estrategias de internet cuando estaba recién naciendo, y me ofrecieron sumarme al equipo Patagon.com, la vertiente en internet de Grupo Santander. De allí pasé a Visa Internacional, donde fui vicepresidenta de Comunicaciones Corporativas. Buscaba y diseñaba proyectos de internet. 

En aquel momento, sentí que una de mis mayores virtudes era mi capacidad de proponer cosas, de generar cambios. Así fue que tomé la decisión de emprender: formé mi primera compañía en el 2003, Intuic, una agencia especializada en comunicaciones digitales, relaciones públicas y social media que este año relanzamos con el foco puesto en posicionar a mujeres líderes corporativas.

Teníamos el desafío de gestionar nuestra fuerza de trabajo, que se encontraba distribuida en muchos países y, junto a mi socio, Alex Konanykhin, desarrollamos TransparentBusiness.com, nuestra solución en la nube para gestionar equipos remotos que en octubre 2020 alcanzó el status de unicornio, con una valoración en más de mil millones de dólares, convirtiéndose en el primero fundado y dirigido por una latinoamericana.  

 ¿Cuáles han sido sus principales logros durante su carrera?

Me convertí en la primera mujer latinoamericana al frente de una empresa valorada en US$ 1.000 millones, con estatus de unicornio. Este, sin dudas, fue un enorme paso para mí, sobre todo porque solo el 2 % del capital de riesgo va a emprendimientos de mujeres. Nosotros vencimos este bias de género en el financiamiento, a través de una Oferta Privada Global (OPG) que permite que inversores privados inviertan directamente en la compañía. Hasta la fecha, recaudamos más de 50 millones de dólares en rondas con más de 3.000 inversores internacionales, consiguiendo una valuación de más de 1.600 millones. 

Pero también lo es haber fundado una plataforma como SheWorks!, una solución integral que conecta los puntos entre educación digital, mujeres talentosas y oportunidades de empleo en la nube. Tenemos el firme propósito de reducir la brecha de género a través de la tecnología. Quebramos las barreras que separan el talento de las oportunidades: centralizamos el talento de mujeres de todo el mundo y les damos a las compañías la oportunidad de llegar, a través de nuestra plataforma, a mujeres calificadas que quieren trabajar con modelos flexibles y remotos. Es momento de empoderar a las mujeres en los negocios.

Tenemos proyectos muy ambiciosos por delante. Estamos trabajando en un programa para emprendedores «Unicorn Hunters» para poder extender el modelo de inversión que utilizamos para lograr capital hacia otros emprendedores de impacto. Además ya tenemos una comunidad de emprendedoras de alto impacto, Skirt the rules, que tendrá un laboratorio de innovación para que puedan llevar sus negocios al siguiente nivel.

¿Cuáles han sido sus principales desafíos?

Desde pequeñita, mi papá me enseñó algo muy importante: me dijo que yo podía ser lo que quisiera, pero que si quería ser una princesa tenía que construir mis propios castillos. Me enseñó que el talento no tiene género y que no había límites.

Las mujeres tenemos que dar a conocer nuestro talento al mundo. Podemos hacerlo aunque no tengamos títulos de ingenieras o sepamos escribir líneas de código. Mira mi caso: ¡tengo una empresa 100% tecnológica y soy experta en comunicaciones!

Pienso que el principal desafío que tenemos las mujeres es derribar los techos de cristal. Establecer nuestros objetivos y luchar por obtenerlos. Es un camino de sacrificio, pero llegamos porque somos capaces y tenemos que vencer ese límite que muchas veces nos auto imponemos. Creemos que las cosas nos salen porque estuvimos en el lugar adecuado y en el momento justo. Las mujeres no aplican a posiciones porque sienten que no están 120 % calificadas, mientras que los hombres dicen ‹sí voy, no importa que estoy 70 % u 80 % preparado›, ellos se atreven. A las mujeres nos cuesta sobreprometer y vendernos porque nos da vergüenza, pensamos que si somos orgullosas y nos presentamos como personas capaces vamos a poner a la gente incómoda y que se sienta mal el otro. Tenemos que vencer nuestros propios obstáculos y lanzarnos a conseguir lo que queremos.

¿Qué habilidades considera que le han ayudado a tener éxito?

El gran hombre que fue mi padre también me enseñó que, para una mujer, el verdadero empoderamiento comienza con la independencia financiera, con nuestra capacidad de asegurar y ganar nuestro propio dinero. Las mujeres debemos ser decididas, astutas, perseverantes y romper con viejos paradigmas impuestos. ¡Las mujeres podemos hacerlo todo!

Es muy importante para emprender este camino que encuentren su pasión y la conviertan en una idea de impacto. Llegar al éxito es un camino de esfuerzo, motivación y coraje permanente. A mí me ayuda pensar que estoy transformando la industria para facilitar oportunidades de trabajo flexible a millones de mujeres. 

Otra clave para mí ha sido el manejar muy bien las relaciones y el conseguir buenos sponsors, personas influyentes que me han apoyado en mi carrera, que han creído en mí, que han hablado y me han ayudado a representar lo que queremos hacer. Y su credibilidad también ha sumado mucho para que esa oportunidad se nos haya dado. También con compañías clave, por ejemplo como Google, Facebook, Microsoft, SAP, Cisco y EY.

Las mujeres deben capacitarse en habilidades digitales, que son muy requeridas por las empresas en la actualidad. Desde nuestra plataforma de educación digital, SheWorks! Academy, ofrecemos –a través de acuerdos con instituciones y gobiernos– entrenamiento para mujeres y herramientas de la economía digital para apoyar su inserción en el mercado laboral. Los cursos son 100 % en línea, y apuntan a certificar y brindar las herramientas necesarias para el desarrollo de sus trabajos como cloudworking, habilidades como resolución de problemas, comunicación y formación en las habilidades técnicas con mayor demanda en la industria global. 

¿El hecho de ser mujer afectó en algo su carrera, de manera positiva o negativa?

Obviamente, hay más dificultades para las mujeres que para los hombres, porque las mujeres somos consideradas con base en prueba y no en potencial, por lo cual tenemos que trabajar mucho más duro para que, a fuerza de demostrar, se nos tengan mejores y mayores consideraciones para poder acceder a puestos de liderazgo en las distintas organizaciones. Pero es importante que se normalice el ver mujeres exitosas que están cómodas siendo fuertes y que no sientan que tienen que disculparse por sus logros.

No fue particularmente difícil para mí por ser mujer. Fui la vicepresidente más joven de Visa en América Latina. Pero sí fue mucho más difícil como emprendedora el desafío de levantar capital. Como mujer, el desafío más grande que uno tiene como emprendedora es que se invierta en tu compañía, porque la percepción en cuanto al mundo de emprendedoras es que se hacen proyectos de baja escala. 

En general, existe un prejuicio cultural, una predisposición a pensar que uno hace esto entre clases de pilates y yoga y que no estás seriamente comprometida; que no va a ser un negocio de gran escala, que es lo que hace que sea difícil para las mujeres emprendedoras levantar capital de riesgo, es decir, levantar inversión.

Lo resolví trabajando súper duro, haciendo que mi proyecto sea mi prioridad absoluta. Muchísimas horas, muchísimos sacrificios, muchísimo tiempo, muchísimas cosas dejadas en el camino en pos de poder crear una compañía que puede impactar la vida de potencialmente millones de mujeres. No tomando nunca un «no» como respuesta, aún cuando me decían que no, o que estaba loca. Insistí en tomar esa energía, que en japonés se llama kushashi, que es la inspiración que uno toma de aquellas personas que piensan que no vas a lograr lo que te propones, convirtiéndola en inspiración y fuerza de seguir trabajando, seguir adelante y poder lograr lo que creemos que vamos a lograr como equipo. 

¿Cómo ha equilibrado su vida personal con su carrera profesional?

En mi vida es clave el fitness porque me ayuda a estar fuerte de manera física y mental. Además de entrenar en línea con Anita Herbert y hacer clases de spinning, cuando puedo disfruto mucho de hacer acrobacias aéreas. 

Este último año, demostró para muchas compañías que el trabajo remoto es posible porque el trabajo es algo que se hace y no un lugar al que se va. La tecnología es la gran igualadora de oportunidades. El trabajo remoto permite equilibrar la vida personal con la profesional y nos enseña a distribuir nuestro tiempo para estar con nuestras familias y amigos, pero también para desarrollar carreras de alto impacto sin necesidad de estar en una oficina, tomar un transporte o mudarse hacia donde están las oportunidades. 

 Según su opinión, ¿cómo se podría impulsar una mayor participación de las mujeres tanto en la industria de TI como en un mayor número de puestos de liderazgo?

Las mujeres encontraron una gran oportunidad durante la pandemia para comenzar a posicionarse en puestos de mayor liderazgo haciendo uso de sus habilidades de conducción de los equipos, con base en un estilo práctico y empático. Se trata de un camino que ya comenzó.

Con el foco puesto en potenciar el talento de las mujeres, recientemente anunciamos Skirt the Rules, un movimiento global que impulsa a las mujeres emprendedoras a desafiar las reglas para construir grandes negocios. Las mujeres emprendedoras son pieza clave para la recuperación económica de los países. Según un reporte de Boston Consulting Group, financiar por igual a las emprendedoras que a los hombres puede sumar 5 billones de dólares al PIB mundial, entre 3 % y 6 %.

Queremos construir la comunidad más grande de mujeres emprendedoras en todo el mundo, en donde todas podemos ser instructoras y aprendices. Nos preparamos para una nueva economía, y las mujeres son la clave para el éxito y la recuperación pospandemia.

Skirt the Rules incluye una comunidad enfocada en aprendizaje colaborativo que facilitará el acceso a herramientas y mejores prácticas para ayudar a las mujeres a alcanzar sus objetivos de negocio y acelerar su crecimiento. Vamos a entrenar a mujeres y ayudarlas a fortalecer su talento con el foco puesto en tres pilares: desarrollo personal, cómo enfrentar el síndrome del impostor; desarrollo de negocios, pensar en grande y fuera de la caja; desarrollo de marca, cómo contar tu historia y difundir tu mensaje. 

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