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A pesar de los retos, el eCommerce crece en América Latina

En tiempo récord, la pandemia ha acelerado un despegue explosivo del comercio electrónico en Latinoamérica.

La pandemia aceleró el comercio electrónico en la región. Tal fue la conclusión de TALKS, una serie de charlas online presentadas por el Congreso Latinoamericano de Innovación, Banca Digital y Tecnología (CLIBT) en alianza con Sentidos Comunicaciones, con sede en Colombia.

Entre las cifras presentadas durante el evento, destacan que en los últimos 5 años las ventas en retail de comercio electrónico en Latinoamérica crecieron a tasas cercanas al 20%; pero para el mes abril de 2020 (plena pandemia), esta cifra llegó a un 230%.

 “El mundo vive cambios drásticos y notorios en su cotidianidad, producto de la realidad que estamos pasando. Con el objetivo de brindar alternativas, desde la dirección del CLIBT queremos ofrecer oportunidades para encontrar salidas a los retos que se presentan hoy, por esto creamos un espacio de conversación que aporte mecanismos de ayuda y faciliten la vida de los ciudadanos”, explicó Juan Carlos Arcila, presidente ejecutivo del CLIBT.

“La innovación genera cambios y alternativas que ofrecen oportunidades en medio de la pandemia, TALKS CLIBT quiere mostrar el panorama sobre el comercio electrónico, evidenciando que en los últimos años se ha consolidado como un dinamizador para las ventas y el crecimiento de las compañías. Con la llegada del Covid-19, esta dinámica se aceleró, creando soluciones eficientes con sólo hacer un clic”, confirma el ejecutivo.

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Los consumidores latinoamericanos están cambiando sus hábitos de compra, adoptando con preferencia el canal online, lo que se evidencia en el tiempo de navegación que aumentó cerca de un 17% y la cantidad de búsquedas por usuario que creció un 39% en medio de la pandemia. 

Por caso, el último informe de medios de pago de Minsait evidenció que, en países como Argentina, Colombia, México y Perú, las personas todavía tienen una preferencia por el pago en efectivo en las compras que realizan. Esto representa grandes retos para los sistemas financieros y de pago. Sin embargo, los nuevos medios, como tarjetas prepagadas, han permitido el acceso a los pagos electrónicos para personas que antes no contaban con estas herramientas; en este caso, 7 de cada 10 usuarios manifestaron que continuarán usando medios de pago electrónicos aún después de la pandemia.

El propio Arcila profundizó las conclusiones de la primera charla en una entrevista con SearchDatacenter en Español:

Respecto de los principales motivos que aun frenaban la expansión del comercio electrónico en la región ¿qué cambios sustanciales vieron en los hábitos de los consumidores con la pandemia?

La respuesta en los países no ha sido igual pero sí fue claro el crecimiento del comercio electrónico en número de transacciones y en dinero transado (en los últimos 5 años el volumen de las ventas en retail de comercio electrónico en Latinoamérica crecía a tasas cercanas al 20%, para abril del 2020 esta cifra alcanzó un 230%), así como indicadores como la penetración de las ventas digitales, los nuevos compradores (las tasas de crecimiento de los últimos años estaban entre el 6% y el 11%, con la llegada de la pandemia, en la región hubo un incremento promedio del 45% en nuevos clientes) y también el tiempo de navegación.

Por su parte, en países como Colombia en los que el comercio electrónico era dominado por categorías como el turismo (afectado enormemente durante la pandemia) se ha observado un crecimiento importante en otras categorías que no eran tan relevantes tales como calzado, vestuario, electrodomésticos, entre otros.

En cuanto a la edad y nivel socio económico de las personas, es previsible que en el grupo de nuevos compradores de comercio electrónico se hayan sumado personas en otros rangos de edad y de perfil económico distintos a los que venían típicamente utilizando este canal.

¿Qué respuesta les parece que tuvieron tanto PyMEs como el gran retail a nivel tecnológico? ¿Qué tipo de tecnologías tuvieron que incorporar para responder a esta demanda a nivel infraestructura?

En términos de la infraestructura tecnológica se puede decir que se probó su estabilidad y resistencia ante el crecimiento de transacciones generadas por la pandemia. Sin embargo, una de las conclusiones es que para responder adecuadamente y profundizar su crecimiento debe trabajarse en toda la cadena de valor. No es solamente montar una página web. En muchos países, como Colombia, hay que trabajar incluso en el acceso a internet por parte de las personas porque ese es un factor determinante para que cada vez nuevos usuarios puedan utilizar el comercio electrónico. También es necesario fortalecer actores como los de servicio logístico y los de pagos que permitan entregar una buena oferta de valor a los compradores digitales.

¿Qué rol les parece que tuvieron los marketplaces en este escenario? ¿Se puede esperar una mayor apuesta –incluso de PyMEs y empresas que tienen sus propios canales de venta online– hacia los marketplaces?

Este punto también depende de los países. En algunos, este fue un gran mecanismo para que algunos encontraran la forma de vender online rápidamente porque no estaban preparados antes de la pandemia. Hay una tendencia de muchos comercios (grandes y pequeños) a integrarse a “super apps” (como Rappi) o marketplaces (como Mercado Libre), pero también a desarrollar sus propios canales de venta online, para lo cual se han apoyado en actores como las pasarelas (como PayU y Open Pay) que les permiten montar canales de venta online de manera rápida e integrar diferentes canales de pago. Incluso muchos han encontrado en las redes sociales el canal más adecuado para su mercado objetivo y sus compradores recurrentes.

En Argentina ha habido una explosión de códigos QR y apps de pago como Mercado Pago, se aceleraron por la necesidad de distancia social pero ya se incorporaron a la vida cotidiana. ¿En el resto de la región fue igual? ¿Qué visión tienen del mundo fintech y de cómo impulsó su innovación el escenario de pandemia?

La respuesta en materia de pagos digitales también ha dependido de los países. Pero, en general, su profundización depende de tres aspectos importantes.

Primero, el acceso a los productos financieros y medios de pago. En muchos países las personas no tienen tarjeta de crédito o cuentas con el sistema financiero. En este punto, muchas fintech han ayudado a mejorar el acceso a cuentas móviles.

El segundo aspecto tiene que ver con la usabilidad. Si bien en algunos países de la región se tiene acceso a cuentas y a tarjetas débito, no se tiene habilitado el pago con este producto para compras realizadas de manera digital. En este punto hay lugares en los cuáles los códigos QR han venido dinamizando este tipo de pagos, pero también en otros la respuesta se ha dado desde tarjetas de prepago que permiten realizar el pago por internet como si fuera con una tarjeta crédito. Sin duda, en varios países son las fintech y las apps de pago las que han ofrecido nuevas alternativas y han visto en la pandemia también una gran oportunidad de mejorar su adopción e incursión en la cotidianidad.

El tercero está relacionado con la confianza. Por un lado, la confianza sobre la tienda en línea (que el consumidor tenga la tranquilidad de que le va a llegar lo que pidió y en las condiciones ofrecidas por la tienda) y, por el otro, sobre la información de su medio de pago.

¿Qué se puede esperar para el futuro respecto de la aceleración de todos estos aprendizajes digitales?

La gran pregunta es si la gente va a permanecer en los cambios de consumo que adquirieron durante la pandemia o si van a volver a su actividad antes de la misma.

Pero, lo que sí parece claro, es que esta situación parece ser una gran oportunidad de crecimiento para el comercio electrónico y los pagos digitales, y se quedará en la mente y los hábitos de las personas.

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