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Usar papel puede ayudar a acortar la brecha digital en el sector salud

Los servicios de salud actuales deben asegurarse de acortar la brecha entre quienes tienen y no tienen acceso a tecnología al brindar sus servicios, afirma Lexmark.

La importancia de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el sector salud ha pasado a primer plano con la pandemia. Las consultas virtuales entre pacientes y médicos a través de videollamadas se han convertido en algo habitual. Y, a medida que se despliegan los programas de vacunación, se utilizan mensajes de correo electrónico y de texto para informar a los ciudadanos que ya pueden conectarse a internet para hacer sus citas para la vacunación.

La comunicación digital y las consultas virtuales pueden funcionar bien para quienes tienen teléfonos inteligentes, un plan de datos y una conexión a internet. Pero no todo el mundo tiene acceso o capacidad para aprovechar este tipo de herramientas. Así que, ¿cómo pueden los servicios de salud asegurarse de acortar la brecha entre los que tienen y los que no tienen acceso a la tecnología?

La brecha digital

A pesar de los esfuerzos gubernamentales y de la iniciativa privada para conectar a México, solamente el 52,1 % de la población mexicana tiene a su disposición el servicio de internet, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Internet y la exclusión digital no son problemas nuevos. Cuanto mayor es una persona, más probable es que esté excluida digitalmente y, dado que solamente tres de cada 10 personas de 55 años o más es usuaria de internet, es evidente que hay otros factores implicados.

La marginación digital es aún más preocupante, considerando que la pandemia ha centrado los servicios sanitarios en los beneficios de la transformación digital, sobre todo tomando en cuenta que el principal tipo de información que la población encuestada busca por internet se refiere a temas asociados a salud (41,2 %); de hecho, la palabra «coronavirus» es la número 11 en ser buscada en México en Google.

La brecha digital se ha puesto de manifiesto durante la pandemia, ya que se espera que las generaciones mayores y otros sectores minoritarios de la población naveguen por complejos sistemas en línea para obtener acceso a vacunas, pruebas y citas.

Asegurando acceso a todos

¿Qué pueden hacer los servicios de salud para garantizar que la información sea accesible a todos los pacientes? En la presente legislatura, se han identificado siete iniciativas relacionadas con la digitalización, de las cuales: tres proponen modificaciones a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión para garantizar el servicio de internet mediante una renta básica digital, y a través de potenciar el servicio de banda ancha; dos más proponen modificaciones a la constitución para darle mayores facultades a los municipios para proporcionar servicio de las TIC.

Para el sistema sanitario y asistencial, la salud digital puede significar una prestación más eficaz de la atención, mejores resultados y menores costos. A menudo, las personas que más podrían beneficiarse de los servicios digitales son las que menos probabilidades tienen de estar en línea, ya sea por edad o estrato socioeconómico.

El análisis «Accesibilidad y uso de internet en México», del Instituto Belisario Domínguez, señala que la brecha digital puede ampliar las diferencias existentes entre la población: quien no pueda realizar educación en línea y/o teletrabajo, o registrarse para recibir una vacuna, está en desventaja frente a quien sí puede hacerlo.

Aunque los beneficios de la mejora de la inclusión digital tienen una fuerte justificación comercial, el impulso para reducir el número de personas excluidas digitalmente debe tener en cuenta la frase «siempre que sea apropiado». Y es que, si bien es cierto que ser digital tiene sus ventajas, estar en línea también puede tener sus inconvenientes.

Las estafas, la ciberdelincuencia, el acoso en línea y las noticias falsas son solo algunos de los peligros a los que las personas vulnerables pueden enfrentarse con especial dificultad y que tendrían un mayor impacto que los miembros más robustos de la población. No estar conectado digitalmente puede ser una opción de vida sensata y positiva, y aunque la transformación digital en el sector salud mejora la atención al paciente y reduce los costos, las prestaciones de salud deben seguir apoyando a quienes, por elección o necesidad, dependen de los servicios offline.

No abandone el papel todavía

Es importante apoyar los flujos de trabajo, tanto digitales como fuera de línea. Por ejemplo, es posible que los pequeños proveedores privados de atención domiciliaria no utilicen sistemas digitales y en línea para sus registros. Cuando estos proveedores necesitan compartir registros con los hospitales y otros proveedores que brindan atención comunitaria, es probable que el hecho de ser solo analógico provoque una desconexión en los procesos, lo que generaría retrasos y ciclos adicionales. Considerar de forma proactiva soluciones que admitan ambos flujos de trabajo puede ayudar a abordar estos retos antes de que tengan un efecto negativo en los pacientes.

El desarrollo de canales de comunicación y registro de pacientes híbridos, digitales y analógicos, puede ayudar a reducir la brecha digital. El uso de comunicaciones impresas para los pacientes puede complementar las opciones de correo electrónico, aplicación/sitio web, teléfono y mensajes de texto para garantizar que todos y cada uno de los pacientes tengan acceso a la información.

A la hora de pensar en la infraestructura informática, las organizaciones de salud deberían utilizar una infraestructura de impresión de nueva generación como plataforma de servicios basada en la nube, que se vincule a otros sistemas en línea para ayudar a garantizar una comunicación eficaz para todos los pacientes, incluida la simple impresión en papel.

Estos dispositivos son especialmente de ayuda en hospitales y clínicas que atienden a poblaciones con escaso acceso a internet, para garantizar que puedan obtener a la información y el asesoramiento en un formato que les resulte útil.

Más allá de la pandemia, el futuro de la vida y el trabajo no volverá a ser como antes. Con el uso rutinario de la nube para las aplicaciones y el almacenamiento de datos, la información y las consultas médicas son más accesibles que nunca, y la demanda de esta facilidad de acceso continuará para aquellos que lo consideren oportuno. Hasta que esto sea universal, los servicios de salud deben mantener una mano en el mundo analógico.

Sobre el autor: Isaac Bessudo es director general y de ventas empresariales de Lexmark en México.

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