La IA trae un futuro de oportunidades para los humanos
La inteligencia artificial generativa, sumada a los otros tipos de IA, traerán más eficiencia a la forma de hacer las cosas, mejorando la productividad de las personas para que tengan más tiempo y mejor calidad de vida.
Desde la aparición de herramientas como ChatGPT, en el último año se ha hablado mucho de la transformación que experimentaremos a medio plazo debido a la nueva inteligencia artificial generativa que, técnicamente, sí tiene algunos puntos diferenciales respecto a la IA tradicional. Hasta hace poco, una máquina hacía cualquier operación y una vez realizada no necesitaba del contexto o la memoria para abordar la siguiente operación. Con el surgimiento de modelos complejos de reciente desarrollo, puede dar contexto y memoria sobre operaciones y generación de código ya realizados. Ahora, las máquinas poseen memoria contextual.
La inteligencia artificial generativa (IAG) genera datos aleatorios a partir de un stream o cadena de datos de entrada. En otras palabras, la computadora no entiende nada, pues ha sido entrenada únicamente para generar datos como frases y documentos, tomando como referencia la información que se le ha proporcionado, reproduciendo estructuras aprendidas y maximizando la posibilidad de que dichas estructuras tengan coherencia.
Entonces, ¿por qué se ha hablado mucho de las consecuencias "terribles" de su aplicación, como que la IAG sustituirá y dejará sin trabajo a un gran número de personas? El desconocimiento es clave para entender este fenómeno, que hace que preveamos escenarios a corto plazo que realmente aún están muy lejos de ser reales.
Todos recordamos momentos de transformación tecnológica como el nacimiento de las plataformas como Uber, en las que las transformaciones tecnológicas auguraban que acabarían con gremios enteros. Por el contrario, la realidad es que sí ha producido una importante reducción en la forma tradicional de generar empleos, pero, de acuerdo con Statista, las plataformas de movilidad han generado diez veces más de empleos en menos de una década debido a la llamada democratización de los servicios y la optimización de los procesos.
El bajo costo de las tecnologías IAG y su eficacia, antes de impactar negativamente el empleo, comienza a generar una infinidad de nuevos modelos de negocio, así como empresas que aportan nuevos servicios digitales. Con la aplicación de estos modelos, las tareas repetitivas cuya variación o diferencias dependan de la información específica de cada caso o cliente, será más eficiente. Lo mismo sucederá con aquellas profesiones o trabajos –como el de un médico–, ya que será más rápido evaluar las variables y, con ayuda de la tecnología, ejecutar la decisión más adecuada.
A pesar de su eficiencia, rapidez y capacidad de acierto, la IAG no es consciente de lo que hace pues, como lo dijimos anteriormente, sencillamente repite estructuras aprendidas. Y esa "competencia" tampoco es consciente del uso que hace de la información que genera, ni del sesgo que pueda conllevar. Por eso, más que una "sustitución" del ser humano, lo que vamos a ver es el trabajo conjunto de hombres e inteligencia artificial generativa. Y lo mismo que en la "uberización", se generarán iniciativas empresariales de valor e infinidad de oportunidades en profesiones tecnológicas relacionadas con su desarrollo.
En su cuarta edición sobre el Futuro del Empleo, el World Economic Forum (WEF) identifica que las expectativas de disminución neta de empleo están cerca del 2 %. Al mismo tiempo, 75 % de las empresas seguirán adoptando tecnologías como la nube, big data e inteligencia artificial en los próximos cinco años, y serán el mayor motor de transformación empresarial.
Sobre la posibilidad de que nos dominen las máquinas, es cierto que hoy son capaces de generar "creatividad" en cualquier lenguaje que aprendan, ya sea gráfico, lingüístico e incluso de código de programación. Pero esta creatividad está limitada a la amplitud del contexto de variaciones que le demos a dicha inteligencia. Fundamentalmente, la máquina va a hacer lo que le digamos, y aunque sea capaz de generar alternativas más rápido, incluso más eficientes, siempre estarán dentro del ámbito para el que ha sido programada. La capacidad de "salirse de la caja" es limitada, con lo que a corto plazo no hay posibilidad de cambios realmente disruptivos.
Hoy por hoy, las IAG son modelos muy eficientes para generar lenguaje, y los algoritmos en los que basan sus decisiones pueden ser de difícil interpretación y, por ello, deben estar supervisados. Su misma falta de conciencia es lo que impide a las computadoras la toma de decisiones proactivas o la generación de acciones sin intervención humana.
Estamos seguros de que las nuevas inteligencias generativas, sumadas a las tradicionales, nos van a traer un mundo más eficiente en el que se generarán grandes incrementos de productividad que supondrán una mejor calidad de vida y más tiempo para disfrutarla. Si bien el uso de la inteligencia artificial aumentará las capacidades del ser humano, debemos asegurar que dicha Inteligencia es ética, fiable y compatible con nuestros valores y necesidades.
Sobre el autor: Oscar Hernández es CEO de Bluetab México, donde anteriormente fue director de operaciones. Su experiencia incluye puestos directivos en Technolabcorp y de consultoría en everis y Deloitte. Es ingeniero informático por la Universidad La Salle, con diplomados en la Escuela Bancaria y Comercial y el Tecnológico de Monterrey, y maestrías en el ITAM y el IPADE Business School.