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Pandemia impulsó uso de IA para optimizar rutas y atender picos de eCommerce en Perú

El comercio electrónico ha registrado este año un alza exponencial en el Perú a raíz de la crisis sanitaria del Covid-19. A nivel logístico, existía una baja adopción tecnológica que se ha ido modificando. Ahora ya se emplea inteligencia artificial en la planificación de la distribución.

En abril del 2020, las ventas en línea, en Perú, crecieron un 900%, según statista.com. Desde Lineo estiman que durante los primeros meses de cuarentena los centennials elevaron las compras por este canal 328% y los Baby Boomers un 70%. Y según DHL Express, las compras en línea pasaron de representar el 25% de sus ingresos antes de la pandemia a un 60% en setiembre, con una proyección del 80% para cierre de año.    

En una tienda por departamento o un minorista promedio [retail] las ventas en línea pasaron de representar el 4% de la facturación al 20% este año, añade el CEO de SimpliRoute, Álvaro Echevarría. “El flujo en general se ha triplicado y, lamentablemente, la infraestructura no estaba lista y colapsó”, remarca.

Se ha mejorado mucho, pero todavía falta optimizar varios aspectos que van más allá de la plataforma en la que se realiza la transacción, aclara Fernando D’Alessio, CEO y cofundador de Juntoz.com. “Durante la cuarentena los marketplace operaban bien, la compra se concretaba, pero el producto no llegaba en el plazo esperado porque había dificultades logísticas. Eso obligó a las empresas a acelerar su adopción tecnológica y hacer este año lo que tenían previsto concretar dentro de tres años más”, aclara.

Retos asumidos

Un primer desafío por superar fue el pago en línea, comenta Tatiana Guichard CEO & fundadora de Somos Moto. El 70% del país no está bancarizado y requiere un método alternativo de pago, por ejemplo vía celular. En los últimos meses han surgido muchas iniciativas alternativas, promovidas por los mismos bancos, que permiten pagar desde un teléfono solo brindando el DNI, o usando una pasarela de pagos local, añade. La adaptación al mercado fue indispensable y se pudo concretar pronto, afirma.  

En el caso de la distribución y reparto también hubo que hacer varios ajustes, agrega Álvaro Echevarría. Cuando arrancó la pandemia, explica, solo se podía despachar productos de primera necesidad, bajo pena de multa. Entonces muchos operadores logísticos suspendieron por tres meses al menos a la mitad del personal. “Para cuando pudieron arrancar los repartos de todo tipo de productos, la demanda había crecido diez veces, lo que produjo un colapso”, detalla.

Sumado al problema generado por la mayor demanda, está la situación misma de la oferta logística, explica. El Perú es muy diverso, con retos cambiantes por la misma geografía que requiere altos índices de innovación. Como si eso no fuera suficiente, la adopción de tecnología venía siendo muy baja en el caso de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) y de nivel intermedio en las grandes empresas, lo que dificultaba superar los desafíos de la nueva demanda, a los que se sumaban los nuevos protocolos de seguridad sanitaria que volvían más lentos los procesos, añade.   

El mercado de oferta de distribución pobremente digitalizado ha sido, a la fuerza, obligado a madurar. “La pandemia ha impulsado el modelo de la distribución en la última milla, despertando alternativas de micro distribución que antes solo veíamos en teoría”, comenta Echevarría.

El uso de inteligencia artificial (IA) ha sido introducido con buenos resultados para generar rutas de despacho programadas tomando en cuenta el tamaño y peso de la carga, las restricciones de entrega, el tráfico y los requerimientos particulares solicitados, añade, logrando ahorro de los tiempos empleados, lo que permite descongestionar el cuello de botella existente. Algunos de nuestros clientes han reducido hasta en 80% el tiempo necesario para hacer una ruta y disminuyeron en 10% la flota total de vehículos utilizados en un reparto, detalla.

“Gracias al uso de algoritmos podemos resolver el problema de la planificación y de la distribución de manera rápida y definitiva, esto sumado a un cambio operativo de consolidación en ruta, hace que las órdenes de los clientes no tengan que pasar por un paso de consolidación. De esta forma vamos reduciendo el tiempo de procesamiento de órdenes e incrementando la productividad de la ejecución”, indica.

En el Perú ya existía oferta logística variada, pero no era la adecuada para los desafíos generados durante la cuarentena. Otros países nos llevan años de ventaja en desarrollo del eCommerce y gozan de almacenes y sistemas de distribución muy desarrollados, admite Fernando D’Alessio.

En Juntos, detalla, ya tenían en marzo la categoría de productos de primera necesidad, la cual triplicó su demanda de inmediato, sin hacer nada, mientras que sus competidores tuvieron que tomarse dos meses en implementarla. Luego fue necesario ampliar su estructura para mejorar la experiencia del consumidor y hacer más eficiente la entrega, lo que los ha llevado a consolidar pedidos e integrar hasta cinco operadores logísticos.

“El mercado ya evolucionó y va a seguir por la senda de la distribución de la última milla y metodologías colaborativas de distribución”, agrega Álvaro Echevarría. Además de la IA será muy útil la mayor incorporación del blockchain para resolver los desafíos actuales, que no cambiarán, porque el peruano promedio ya se está acostumbrando a la compra en línea, comenta. De hecho, el 80% de los encuestados por la Cámara de Comercio de Lima (CCL) ha hecho al menos una compra online desde que se inició la pandemia y, según Google, el 83% de los peruanos que compraron online por primera vez, planea seguir haciéndolo.

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