¿Hacia dónde van las tendencias de bases de datos en Argentina?

Desde la industria de TI argentina coinciden que la masa crítica de datos aumenta en gran magnitud la disponibilidad de información para las compañías.

Las tendencias actuales respecto de bases de datos están en total sintonía con el resto de las tendencias tecnológicas de la industria, puntualmente, con big data y el crecimiento exponencial de datos generados a través de las redes sociales y los dispositivos móviles. Desde la industria de TI argentina coinciden que esta masa crítica de datos aumenta en gran magnitud la disponibilidad de información para las compañías.

“Las bases de datos fueron pensadas originalmente para atender problemáticas más orientadas puertas adentro de las empresas, como una forma de organizar la información y darles una estructura para poder ser consumidas por las aplicaciones corporativas. Lo que ocurre es que hay una nueva tendencia, un crecimiento exponencial en la conectividad, en el acceso, en la posibilidad de los individuos de generar información. Hasta hace muy poco tiempo estábamos acostumbrados a casi exclusivamente consumir información que estaba disponible en la red y hoy el panorama está mucho más enriquecido”, afirma Adrián Cambareri, gerente senior de mercadotecnia de producto e infraestructura para Red Hat en América Latina.

Cambareri explica que la caracterización de esa información no está disponible ni estructurada de la forma que están estructuradas las bases datos dentro de una compañía. “¿Es rica esa información? Claro que sí  y ahora las compañías también pueden sacar provecho de ella pero tienen que tener los recursos para hacerlo. La escala en cuanto al volumen y la velocidad con la que crece esta información, ciertamente no es la que están acostumbrados a manejar dentro del mundo de su corporación” puntualiza.

El ejecutivo agrega que hoy se observa un vuelco fuerte de las bases de datos y las tecnologías de información hacia no solamente administrar la información puertas adentro de una compañía en el formato tradicional –base de datos relacional– sino también extender esas capacidades para poder administrar, gestionar e integrar adecuadamente toda esa información generada de manera exponencial en el mundo de la red.

“La combinación de esos datos corporativos con lo que tenemos disponible en la red es útil para entender cómo se comportan los usuarios, los mercados, sus propios clientes y hasta incorporar los resultados de ese análisis en el propio proceso de generación de nuevos productos, nuevas tecnologías y nuevos servicios. Las bases de datos están evolucionando hacia un mundo abierto, de nube, un proceso de transición importante y un cambio de paradigma gradual. La mayoría de los proveedores de bases de datos hoy están en ese proceso”, reseña Cambareri.

En ese sentido, este proceso atraviesa a todo tipo de compañías. “Hay compañías de todos los tamaños, la capacidad de capitalizar grandes volúmenes de datos no estructurados provenientes de múltiples fuentes y accesibles casi públicamente no es privativo de las grandes compañías, todos pueden sacar provecho”, explica.

“Todo el mercado de TI está evolucionando hacia el modelo de nube, con todas las ventajas que eso implica desde el punto de vista del crecimiento, la escalabilidad, el rendimiento, la flexibilidad que otorgan a las compañías las nubes tanto privadas –para dar servicios internos– como públicas donde múltiples empresas pueden compartir esa infraestructura como el modelo híbrido. Es un paradigma nuevo que no solamente impacta en la capacidad de ejecución de aplicaciones sino también en lo que tiene que ver con la información y su administración. Hay modelos de bases de datos tradicionales, estructurados, y existen nuevas tecnologías que permiten almacenamiento de información no estructurada como la citada, todo se está combinando y evolucionando”, resume.

Emiliano Spinella, Regional Product Manager Data Center Level 3, explica que big data es un fenómeno que estuvo ocurriendo durante mucho tiempo pero pasó desapercibido hasta que lo tuvieron frente a la cara.

“¿Afecta a sistemas transaccionales? Me refiero a que la gente compra cada vez más a través de tarjetas de crédito o dispositivos móviles. Sí, ciertamente ahí tienes una pata de big data pero también a nivel de almacenamiento. Entonces, big data es eso o un gran flujo de transacciones (que aunque sean pequeños datos muchas transacciones significan muchos datos) o pocas transacciones pero mucho dato. Tienes entonces los dos mundos y por consecuencia dos bases de datos distintas”, explica.

Para el ejecutivo, en lo que se refiere a grandes transacciones y pequeños volúmenes de datos, el fuerte lo tienen las bases de datos más conocidas.

“Oracle o Microsoft tienen la delantera en ese caso porque son de rendimiento y necesitan pocos ajustes (tuning). Para las bases de datos que administran mucha información ya no queda del todo claro cuáles son los referentes, Oracle probablemente esté presente pero la pregunta en ese caso es si voy a pagar tanto dinero por una base de datos que va a tener cinco consultas al día. ¿O prefiero en tal caso una base de datos más barata o directamente gratuita? La pregunta que surge en ese caso es si pierdo plata en caso que esa base de datos se caiga. Si la respuesta es sí hay que lograr hacer lo máximo posible para que la base esté siempre disponible. Si es un sistema de reporteo que puede estar caído un día y no perdemos dinero la inversión puede que ser diferente”, aclara.

Por último, ¿cómo juegan ahora los servicios de nube con las bases de datos? Para Spinella,  unos diez años atrás, cuando alguien tenía que implementar una base de datos, tenía que preocuparse por cómo guardar los datos, crear distintas tablas por ejemplos con los códigos correspondientes.

“La persona que creaba la base de datos se tenía que preocupar por pensar en ello y cómo se relacionaban las distintas dimensiones de su negocio; era un ejercicio obligatorio. Hoy con los servicios de nube se tiende a que el cliente no se tiene que preocupar por desarrollar un modelo de datos, no debe preocuparse por cómo se guardan sus datos, no saben qué hay por detrás”, afirma.

Para el ejecutivo, sin embargo, esto último puede convertirse en un potencial peligro. “La empresa que opta por estos servicios financieros por algún tipo de beneficio económico, el costo que también tiene es renunciar a la propiedad del modelo de datos, lo que es una pieza clave en sus negocios, para decidir cómo es su negocio y tener que adaptarse a lo que te ofrece un proveedor”, concluye.

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