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Big data, arma para enfrentar los retos alimenticios

Ante el panorama que se presenta por el cambio climático y la sobrepoblación, se hace vital el uso de software, hardware y análisis de datos para tomar decisiones de cultivos y hacerlos más rentables y sostenibles.

La creciente población mundial, que ya excede los 7.000 millones de habitantes, trae muchas incógnitas y retos en materia alimenticia, que involucran el cambio climático y cuestiones sociopolíticas que hacen que satisfacer las necesidades básicas de comestibles sea más difícil. Para enfrentar estos desafíos, empresas como Corteva Agriscience están desarrollando tecnologías que permitan predecir, guiar y hacer una agricultura sustentable que no impacte de manera negativa al medio ambiente.

Corteva Agriscience, una organización que nace de la fusión de los segmentos agrícolas de las compañías Dow Chemical Company y DuPont, está trabajando en dos frentes: por un lado, la alimentación; y por otro, el cuidado del medio ambiente. «Hay estimaciones que asustan, pero, para el año 2050, se muestra un faltante de alimento para poder abastecer las necesidades de la población y tenemos que empezar a actuar en consecuencia. Tenemos que empezar a actuar mirando ese largo plazo, y, por otro lado, no desconocer que la intervención del hombre en el ambiente termina generando un disturbio que pone en desbalance a cualquier ecosistema», señaló Juan Lariguet, director de márketing de Corteva Agriscience para la región Mesoandina.

Con la entrada en operación en México de su plataforma de Soluciones Digitales, Corteva busca ayudar a los agricultores y ganadores a adoptar prácticas más sostenibles, sin sacrificar la eficiencia y la rentabilidad de sus campos, utilizando tecnología que incluye software, hardware y análisis de datos para tomar mejores decisiones.

Lariguet explicó que ya contaban con la plataforma de insumos para el agro y el de soluciones tecnológicas. «Esos son nuestros negocios actuales, y nos hemos comprometido a medir la huella que dejamos en esa agricultura hoy, así como vamos a reducir la huella en el ambiente de aquí al 2030, buscamos bajar nuestra propia huella un 30 % para ese año».

Tener un negocio de protección de cultivos o de semillas no parece algo muy disruptivo para el mercado tecnológico, pero conlleva mucha innovación. Por eso, la empresa ofrece una plataforma de negocios digitales que se divide en tres:

  1. Gestión de granjas (Farm Management). Soluciones digitales para apoyar a los agricultores en el manejo y administración de sus parcelas, que incluirá herramientas desde la planificación, hasta la asesoría agronómica y análisis de información para tomar decisiones con base en datos. Aquí se encuentran dos aplicaciones:
    • Mi Lote, una plataforma que conecta los cultivos o parcelas con tecnología digital, brindando al agricultor datos que le ayudarán a tomar decisiones inteligentes, optimizar recursos y obtener mejores resultados al tener toda la información de su campo al alcance de un clic en todo momento y en cualquier lugar. Esta solución estará disponible a partir de este inicio de este ciclo de siembra para agricultores de maíz y sorgo en toda la República Mexicana.
    • Granular, una solución diseñada para ofrecer a los agricultores datos precisos y procesables para una toma de decisiones más informada, en cuanto a la lectura de imágenes satelitales. Su lanzamiento en México está planeado para los próximos años.
  2. Soluciones de visor (Visor Solutions). Este grupo de soluciones presentará un nuevo modelo de negocios que integra información, analítica y el portafolio de protección de cultivos para entregar la solución correcta e integrada (productos y servicios). Estas soluciones se encuentran en etapas de alistamiento para su lanzamiento al mercado.
  3. Carbono (Carbon). Un proyecto a mediano plazo que busca crear soluciones que brinden a los productores del campo herramientas para medir el impacto que su actividad tiene en el medio ambiente para que puedan tomar decisiones para reducir la huella de carbono y generar un valor añadido en los cultivos, y que los alimentos que lleguen a las mesas de las familias sean más sustentables.

5G, camino para llevar tecnología a la agricultura

Para desarrollar esta tecnología, la empresa cuenta con estaciones experimentales en más de 150 países a lo largo del mundo. «De nuestros 22.000 empleados, más del 25 % son científicos y las soluciones digitales nos permiten llevar todo ese conocimiento hasta el último rincón del mundo», afirmó Lariguet.

El directivo mencionó como ejemplo África, continente en el que, a partir de entregarle a los agricultores un sencillo celular solamente para recibir SMS y recordatorios de cómo monitorear un cultivo, la productividad de esos campos mejoró con cuestiones básicas de manejo. «Imagina lo que podemos llegar a hacer si logramos masificar herramientas digitales; llevarlas al agricultor de escala, pero también al pequeño agricultor y no llegar solo con mensajes de cómo mejorar la productividad, sino hacerlo con tecnología para reducir el impacto en el planeta, eso es agricultura digital», indicó el  director de márketing de Corteva Agriscience para la región Mesoandina.

La llegada de 5G puede ser un incentivo pera esta tecnología agraria, ya que gracias a la internet de las cosas se puede mejorar las cosechas del pequeño agricultor, afectado por las sequías, a través del análisis de los datos obtenidos. «Los primeros pasos que dábamos en agricultura digital hace 10 o 12 años tenía una de sus mayores limitantes en la conectividad. En ese entonces trabajamos en conjunto entre una de las de divisiones originales de lo que hoy es Corteva y una empresa de maquinaria agrícola. Por aquellos años, teníamos la solución de manejo y cultivo y la máquina que íbamos a llevar al campo del agricultor, el problema que teníamos era la conectividad: no había forma de darle conectividad en el medio del campo de Iowa (Estados Unidos). Esa problemática se ha ido acortando, pero la brecha todavía existe cuando salimos de las grandes urbes», dijo Juan Lariguet.

Con eso en mente, la empresa ha intentado que la conectividad esté dentro de sus propias soluciones, y ofrecer tecnologías para el manejo de campo que permitan jugar con el offline-online, haciendo muchas tareas fuera de línea en el campo y después llegar a espacios con conectividad y subir todo a la nube. «Hoy es tan importante el trabajo en campo de sembrar, como la planificación, el seguimiento y el análisis que uno puede hacer desde la computadora con este tipo de herramientas conectadas», resaltó.

Big data, entendiendo el terreno paso a paso

Un ejemplo puntual es el que se encuentran haciendo en la Meseta Comiteca, en el sur de México. Allí dividen en dos el cultivo de maíz: el de alta tecnología y los cultivos de de baja escala, o lo que conocemos como agricultura familiar, que tiene un rendimiento entre tres y cuatro veces menor a los de alta tecnología. Aquí, Corteva trabaja con varios pequeños agricultores midiendo la productividad de diferentes híbridos adaptados con mejoramiento genético por su estación experimental en Tuxtla Gutierrez, Chiapas.

La empresa y los pequeños agricultores recopilarán los datos por tres años para ir comparando las diferencias de rendimiento que existen entre los maíces tradicionales que el agricultor cultiva, con los maíces híbridos de alta tecnología. «Ese cúmulo de información no solamente nos va a permitir hacer comparación de rendimientos, sino ir detectando patrones de enfermedades, plagas, así como la predicción de mejores cosechas, y estimar mejor en qué momento se tendrían los alimentos», comentó el Lariguet.

«Todo el cúmulo de información generada por los agricultores comitecos nos va a permitir meter en nuestros algoritmos de predicción y ofrecer a otros miles de trabajadores del campo de la región una nueva forma de manejo. Esto no será una solución que llega de la mano de una una empresa multinacional, será una solución que un grupo de agricultores locales va a haber trabajado con el soporte de nuestra herramienta», mencionó el ejecutivo.

Con este conocimiento, Corteva busca también lograr que regiones con una pobreza extrema y de clima difícil, localizadas en estados como Veracruz, Guerrero, Puebla, el mismo Chiapas, entre otros, se vean beneficiadas.

A nivel latinoamericano, Brasil, Argentina y México son países en los que llevan un mayor avance en cuanto a investigación y desarrollo; en ellos ya se tienen más de dos millones de hectáreas agrícolas monitoreadas, gracias a satélites que van creando capas de estos terrenos para generar información llevada a pixeles, en alta y baja resolución (en uno el pixel equivale a 3 metros, y en el otro a 6 hectáreas, respectivamente). Estos datos sobre el terreno se suman a la información que ofrecen sensores colocados en los campos a sembrar.

«También recolectamos información de sensores de las máquinas de siembra en cultivos como maíz y soja, que agregan otra capa de pixeles más a las habituales», y damos seguimiento a las cosechas extensivas gracias a equipos que monitorean cada metro de avance lineal de las cosechadoras que van levantando el maíz o la soja, principalmente en Brasil y Argentina.

«Generamos big data. Como dicen, lo que se puede medir se puede mejorar y de eso se trata justamente. Así de sencillo, nosotros podemos generar información de baja resolución de un pixel a 6 hectáreas, para ver de forma general; después nos podemos adentrar con la lupa a imágenes satelitales de alta resolución de tres metros por tres metros, para después añadir con la geolocalización la información que nos genera la pasada de una sembradora. Así, al final del cultivo, podemos obtener la información exacta del rendimiento por cada avance de metro lineal de la cosechadora, así que eso es mucha información», explicó Juan Lariguet.

Aunque los beneficios del análisis de grandes datos y la ciencia de datos aplicados en entornos agrícolas y ganaderos son muchos, se requiere primero un proceso de concientización de los usuarios, e irlos guiando el proceso de familiarización con la tecnología para superar la resistencia al cambio, sobre todo de las generaciones mayores.

«El relevo generacional es inminente por biología; entonces, necesitamos apoyarnos en todos los jóvenes agricultores que van naciendo en estas regiones para que nos ayuden a ser embajadores de un cambio de un cambio que tiene que llevar a mayor productividad y estabilidad», concluyó el directivo.

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