Almacenamiento en nube híbrida: ¿Qué datos van dónde?

Combinar mejor el almacenamiento in situ y el almacenamiento en la nube pública le permitirá satisfacer mejor las necesidades de su organización.

La nube híbrida es un enfoque popular de los servicios de computación en nube y de almacenamiento en nube, tales como las copias de seguridad. Permite que los datos se almacenen fuera de las instalaciones con el proveedor de nube, pero también permite que los datos se almacenen localmente.

El suministro de nube pública permite a las organizaciones adoptar tecnologías de clase empresarial para su entorno, a un precio asequible, pero la seguridad, disponibilidad, cumplimiento, desempeño, portabilidad y la longevidad en el mercado del proveedor de nube pueden ser algunas preocupaciones.

Por supuesto, retener todo in situ elimina muchas de estas preocupaciones, o al menos las pone en manos de la organización, pero con frecuencia esto será más caro de implementar y operar.

La nube híbrida ofrece lo mejor de ambos mundos al combinar el almacenamiento de datos in situ con la provisión de almacenamiento de nube pública.

La pregunta que surge, sin embargo, es cómo combinar mejor el almacenamiento in situ y el almacenamiento en la nube pública para satisfacer las necesidades de la organización.

En resumen, con la nube híbrida, ¿qué datos van dónde?

Es realmente un caso de clasificación de datos y riesgo. Cuando las aplicaciones y los datos de una empresa se ​​mueven desde las plataformas internas a una nube pública, la organización esencialmente estará alquilando servicios junto con otros clientes, y encomendando al proveedor y su personal la responsabilidad por la seguridad de los datos, el tiempo de actividad de los servicios, la confidencialidad, el cumplimiento y la transición.

Los problemas en cualquiera de estas áreas pueden tener un efecto catastrófico. Por lo tanto, antes de considerar migrar los datos al almacenamiento en la nube pública, las organizaciones necesitan comprender a fondo el impacto potencial en el negocio, y la pérdida de ingresos que puede ocurrir por alojar datos fuera de las instalaciones, en la nube pública.

Incluso si lo anterior es de poca relevancia, las organizaciones que desean moverse a las ofertas de nube pública todavía deben proceder con cautela. ¿Qué pasa si el proveedor de nube va a la quiebra? ¿Y si la relación con el proveedor se vuelve tóxica? ¿Qué pasa si ellos deciden que ya no quieren proveer servicios en la nube?

Estas consideraciones determinan que los datos o servicios de una organización que son críticos para el negocio, o sensibles en un sentido de seguridad o de cumplimiento, deben conservarse in situ. Mientras tanto, los servicios más básicos o tácticos, como el archivado de datos, la copia de seguridad, el correo electrónico, la colaboración y la recuperación de espacio de trabajo, se pueden mover a una nube pública.

Habiendo dicho todo esto, la maduración continua de la oferta de servicios de nube pública está empezando a cuestionar este principio, y las organizaciones más progresistas están adoptando un enfoque de “primero nube” para la implementación de aplicaciones.

Sobre el autor: Del Lunn es consultor principal en GlassHouse Technologies (UK).

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